EL MUNDO 17/01/14
· Les pide que renuncien a sus actas, aunque éstos ya han anunciado que no lo harán
Pere Navarro quiere ver lejos, y cuanto antes, a los tres diputados que ayer escenificaron en el Parlament la ruptura en el PSC por la consulta por la independencia. Para lograrlo, el partido trasladó a los tres díscolos que apoyaron los planes de Artur Mas –la ex consellera con el Govern tripartito y miembro de la Ejecutiva Marina Geli; el también dirigente del PSC y ex alcalde de Vilanova i la Geltrú, Joan Ignasi Elena, y Núria Ventura– un ultimátum por el que les insta a renunciar al acta de diputados antes del lunes y dejar paso a otros miembros del partido. De no hacerlo, los tres críticos se enfrentarán, con toda probabilidad, a un proceso de expulsión del partido, tal y como ha venido advirtiendo la dirección socialista en las semanas previas a una rebelión más que anunciada.
La petición para que abandonen sus escaños se la trasladó ayer en persona a Geli y Ventura el portavoz parlamentario del partido, Maurici Lucena, apenas una hora después de que la Cámara catalana aprobara, con los tres votos rebeldes, pedir al Congreso la transferencia a la Generalitat de la competencia para poder convocar referendos.
Fuentes socialistas señalaron que Lucena no había logrado verse ayer aún con Elena, a quien también le reclamará que realice «una reflexión consecuente» durante el fin de semana y responda antes del lunes renunciando a su escaño, tal y como ya hizo el miércoles el alcalde de Lérida, Àngel Ros, precisamente para no tener que romper ayer la disciplina de voto.
Poco antes de recibir el ultimátum del partido, sin embargo, los tres diputados celebraron una rueda de prensa en la que rechazaron abiertamente abandonar sus escaños al entender que su «voto es a conciencia». Según explicaron, en vez de ser un desafío para la autoridad de toda la dirección, su postura es «una defensa de la pluralidad del partido y de su programa electoral», en el cual el PSC se compromete a defender el derecho a decidir de Cataluña dentro de la legalidad. Elena, de hecho, llegó a relativizar las amenazas de la dirección –«no nos planteamos que [la expulsión del PSC] llegue a producirse», dijo– e hizo un llamamiento a Navarro para mantener «conversaciones para hallar vías de solución». Geli recurrió durante su turno a la emotividad: «Hoy volveré a casa a decirle a mi hijo y a mi marido que no les he traicionado».
A la crisis desatada por los tres diputados se sumóel abandono de la Ejecutiva socialista por parte de la también diputada Rocío Martínez-Sampere y la ex parlamentaria Laia Bonet. La primera, favorable a la abstención antes del Pleno, acató finalmente la disciplina de voto al tiempo que anunciaba su salida de la Ejecutiva socialista. Un extremo que, en todo caso, debe cumplir obligadamente si, como se prevé, acaba presentando su candidatura a las primarias del PSC para escoger candidato para la Alcaldía de Barcelona. Una tesitura en la que también se encuentra Bonet, quien aseguró en su página web que también renunciará a un escaño en el Parlament si lo llega a heredar fruto de la dimisión o expulsión de algún compañero de filas.
La crisis del PSC fue culminada, ayer por la tarde, por la difusión de un escrito de apoyo a los diputados díscolos del sector catalanista titulado Llamamiento socialista por el referéndum y firmado por 122 personas, entre ellos los ex consellers Joaquim Nadal, Antoni Castells y Montserrat Tura. En el manifiesto se insta a buscar una salida «al agotamiento del pacto constitucional que hace del todo necesario revisar las relaciones entre Cataluña y el Estado».