El PNV no ha podido ser más claro sobre la nueva legislatura. Ni se va a despreciar los votos de EHAK, porque todo es bueno para el convento en tiempos de crisis, y, además, el plan Ibarretxe no sólo no está olvidado sino que se intentará aplicar en cuanto se descuide la ciudadanía.
No se puede permitir Ibarretxe el lujo de despreciar ni un voto si lo único que le importa es, como parece, repetir como lehendakari de la nueva legislatura. Las urnas no le dieron la mayoría necesaria para poder gobernar con holgura y, por eso, él se reserva la opinión ante el mensaje rotundo del socialista Patxi López que, al presentar su candidatura a la Lehendakaritza, ya ha dicho que no aceptará los votos de EHAK. El PNV, más bien al contrario. Está dispuesto a aceptar el apoyo de los Comunistas de las Tierras Vascas cuyos máximos portavoces fueron ayer nada menos que Otegi (además de pertenecer a la ilegalizada Batasuna no es parlamentario) y el sindicalista de LAB, Rafa Díez, que le decía al lehendakari que no podía esperar que EHAK le diese su apoyo a cambio de nada.
A medida que se acerca la fecha de la sesión de investidura, afloran los nervios entre los partidos que formaron parte del anterior Gobierno vasco, mientras algunos observadores siguen impasibles ante la omnipresencia de Otegi como si fuera el mentor de EHAK. Desde el PNV no se ha podido ser más claro en torno al enfoque de la nueva legislatura aletargada, que no acaba de arrancar, dos meses después de las elecciones. Ni se va a despreciar los votos de EHAK, porque todo es bueno para el convento en tiempos de crisis, y, además, el plan Ibarretxe no sólo no está olvidado sino que se intentará aplicar en cuanto se descuide la ciudadanía. Una situación algo comprometida para Madrazo, según le recordaba ayer el socialista Ares que, para refrescar la memoria, se limita a reproducir el diario de campaña del representante de EB que, en efecto, no se cansó de repetir, durante la contienda electoral, que no formaría parte de un Gobierno que tuviera como programa el plan Ibarretxe.
Que habrá baile en el Parlamento vasco, ya nadie lo pone en duda. En los escaños de la oposición democrática figuran no pocas víctimas del terrorismo a quienes la persecución que han sufrido les ha vuelto, con el tiempo, menos ingenuos y más molestos de lo que los partidos que gobernaron en la pasada legislatura están dispuestos a tolerar. Observan con indignación el proceso judicial del etarra De Juana Chaos. El juez dice que no está acreditado que este preso que cumple condena por haber cometido 25 asesinatos « se haya vuelto a integrar en ETA». Mientras los socialistas vascos decían que «no se puede entender que este individuo salga a la calle», los populares se preguntan si el mismo que celebraba con cava los asesinatos y que no ha manifestado en ningún momento arrepentimiento sobre su terrorífica trayectoria no acabará sentado en un escaño del Parlamento vasco.
Tonia Etxarri, EL CORREO, 15/6/2005