Miquel Giménez-Vozpópuli
  • Al paso que vamos las fiestas tradicionales en España serán clandestinas

No están los tiempos para filigranas. Todo lo que hasta ahora habíamos considerado como parte de nuestras vidas, conformando nuestro pequeño imaginario interior, tierno y melancólico, está a punto de ser pasto de las llamas de la inquisición de lo políticamente correcto. Ahora ha llegado el turno a esos tres sabios venidos de Oriente que cada año reparten juguetes entre la chiquillería. ¿Son reyes? ¡Vade Retro! ¿Vienen de ese Oriente en el que vive exiliado por culpa de Sánchez Don Juan Carlos? ¡Mucho peor! Nada de celebrar la festividad de Reyes, o al menos eso dice desde Cataluña la asociación Al Qwa –espacio popular, lo llaman– que organiza en el Ateneo Popular la Sèquia de Manresa la “Fiesta Anti Reyes”.

Nadie debe extrañarse de que tales cosas proliferen en nuestro país. No hace mucho, y con motivo de la toma de Granada, la progresía bramaba en contra de su celebración atribuyéndole un carácter militarista, racista e incluso de “falsificación histórica”. Que sucesos que acontecieron en 1492 irriten la epidermis de podemitas y sociatas no deja de ser curioso y demuestra como todo sirve para condimentar el espeso potaje en el que quieren convertir nuestra historia. En los últimos años el ayuntamiento granadino había ido echándole agua a la leche de tal efemérides so pretexto de la pandemia, pero este año, ya sin restricciones, no tenían más cáscaras que rememorar la rendición de Boabdil y el final de la Reconquista.

Insisten en que recordar aquella gesta es antidemocrático. Ahí es nada. Como si la invasión árabe hubiese sido votada en referéndum

Que mi querida Legión participe en los actos ha sido la puntilla para los revisionistas que pretenden transformarlos en algo tan vaporoso como “Fiesta de la convivencia”, como si recordar algo que sucedió atentara contra la misma. La Fundación Euroárabe, obviamente contraria, celebra cada dos de enero, fecha del suceso histórico, bajo el patrocinio de Granada Abierta un acto paralelo en el que insisten en que recordar aquella gesta es antidemocrático. Ahí es nada. Como si la invasión árabe hubiese sido votada en referéndum. Y uno se pregunta qué hay tras ese intento constante en erradicar de nuestro calendario fechas como ésta o el Doce de Octubre. Fecha, ésta última, algo contradictoria para algunos, singularmente para los separatistas catalanes que, por un lado, argumentan que Colón era catalán y que las tres carabelas salieron de Pals y no de Palos para, a renglón seguido, horrorizarse ante el genocidio que España llevó a término con los virtuosos indígenas que sacrificaban a recién nacidos arrancándoles el corazón con negros cuchillos de obsidiana en honor a sus dioses.

Al paso que vamos los Reyes Magos serán sustituidos por Reinas Orgullosamente Podemitas, la Toma de Granada por una gymcana sexual para niños y el descubrimiento de América por una procesión en honor a Fidel Castro y Hugo Chávez

A nuestros gobernantes todo esto les debe parecer muy bien, y celebran y felicitan el Ramadán, el Año Nuevo Chino, la construcción de mezquitas, de templos budistas y de cualquier cosa que no tenga que ver con la herencia cultural y religiosa de occidente, léase, la cristiana. Al paso que vamos los Reyes Magos serán sustituidos por Reinas Orgullosamente Podemitas, la Toma de Granada por una gymcana sexual para niños y el descubrimiento de América por una procesión en honor a Fidel Castro y Hugo Chávez. Eso sí, habremos logrado una multiculturalidad y una sociedad plural, abierta e integradora envidia y pasmo del mundo entero. A ver si en Irán nos dejan celebrar el Viernes Santo en justa reciprocidad. Digo yo.