Santiago González, EL MUNDO, 26/5/12
Ante todo, mucha calma, cantaban los muchachos de Siniestro total hace ya unos cuantos años, cuando eran unos muchachos. Pero es inútil, todo el mundo vive acosado por las prisas y éste es uno de los problemas principales del abandono definitivo de las armas de ETA, que no supone todavía la paz, según podría parecer a los más distraídos espectadores, sino una ocasión inmejorable para que el Gobierno mueva pieza.
Recordarán ustedes que un brillante buscavidas llamado Brian Currin constituyó un Grupo Internacional de Contacto que es uno de esos oxímoros que constituyen el alma de la vida política vasca. Y de la española, naturalmente. Eran unos mediadores de parte y unos agentes cuya función era la de internacionalizar el conflicto. Su gran éxito fue la Conferencia de Ayete, que, a su vez, supuso un notable error del Gobierno al darla por buena.
El lehendakari, que es otro sprinter legendario, propuso la creación de una Ponencia para la paz y la convivencia. El PP se opuso con rotundidad a la posibilidad de que Batasuna en cualquiera de sus formas participase en el asunto. Basagoiti hizo un discurso enérgico frente a las ambigüedades que presentaba al respecto el discurso de Pastor. El ministro Fernández, rechazó radicalmente el mismo día que la izquierda abertzale pudiera participar en la ponencia hasta que exigiera la disolución de ETA y pidiese perdón a las víctimas del terrorismo.
Uno de los miembros del Grupo Internacional de Contacto, el ‘judío’ Alberto Spektorovwki va a comparecer el martes en la Ponencia de la Paz. Recordemos que el ministro del Interior había manifestado este mismo jueves en Calatayud que los verificadores internacionales propuestos por Currin y los suyos «no son bien recibidos a España». Recordemos también que el pasado día 16 en el Congreso, Jorge Fernández le dijo al portavoz de Amaiur que la dispersión se mantendrá mientras ETA no se disuelva sin condiciones.
Cualquier lector despasionado y libre de prejuicios podría afirmar que el ministro del Interior tiene al menos claras tres ideas: no quiere a la izquierda abertzale en la Ponencia, no quiere a los verificadores en España y sólo se acabará la dispersión cuan- do ETA se disuelva.
Bueno, pues ayer, fuentes del Partido Popular empezaron a manar que era un contento para pedir más suavidad en el discurso de su partido para promover que se desmarque definitivamente de ETA el mayor número posible de presos de ETA, en la sorprendente creencia de que el terrorista se aplaca con el tratamiento que el maestro Umbral describía con metáfora muy colorista: con «una manita de yogur en los huevos». ¿Qué les hará pensar que la suavidad les hará cambiar de opinión, sobre todo cuando se mantiene que el nuevo plan es exigente?
Portavoces cualificados del PP no ven mayor problema en que Spektorowski comparezca el martes ante la Ponencia, por más que Basagoiti ni el ministro conciban esa razón. El presidente de los populares vascos tuvo que intervenir dos veces para decir que el PP no avalaría con su asistencia la deposición del mediador en la Ponencia.
Da la impresión de que en el PP no tienen ahora mismo las ideas muy claras, o, que si las tienen, no son las mismas. En fin, todo parece indicar que se están haciendo con la prisa un lío.
Santiago González, EL MUNDO, 26/5/12