La ex-presidenta del PP en el País Vasco, María San Gil, ha asegurado hoy en la Audiencia Nacional que no es «capaz» de recordar la cara del etarra que disparó al concejal de su partido en San Sebastián Gregorio Ordóñez cuando se encontraban comiendo en un restaurante el 23 de enero de 1995.
La Audiencia Nacional ha juzgado hoy al etarra Juan Ramón Carasatorre Aldaz por el asesinato en 1995 del concejal Gregorio Ordóñez, para quien el fiscal ha pedido hoy 30 años de prisión, por el que ya fueron condenados Francisco Javier García Gaztelu, «Txapote» y Valentín Lasarte Oliden.
Carasatorre ha señalado al inicio del juicio que no iba a responder ni al fiscal ni a las acusaciones que ejercen la viuda, el Ayuntamiento de San Sebastián y la AVT, ni tampoco a su propia defensa, que ha solicitado su absolución.
Durante su declaración como testigo, San Gil ha recordado que tras sentarse en una mesa en el restaurante «La Cepa» junto a otras dos personas «entró alguien y le puso una pistola en la nuca y al segundo se le desfiguró la cara de Gregorio y cayó al suelo. Y yo me marché. Salí corriendo detrás de la persona que empuñaba el arma» hasta que se dio cuenta de que no era «muy prudente».
La ex presidenta del PP ha explicado: «siempre pienso que, instintivamente, seguro que le vi la cara porque si ves una pistola lo lógico es mirar para arriba, pero no soy capaz de acordarme de la cara de la persona que empuñaba el arma. Vi la mano, vi la pistola y la cara la tuve que ver», ha indicado.
«Txapote»
Enrique Villar, que también acompañaba ese día a Ordóñez en el restaurante, ha asegurado que tampoco vio al terrorista que disparó. En la vista ha testificado también el ex dirigente etarra Francisco Javier García Gaztelu «Txapote», quien ha reconocido su pertenencia a ETA y que conocía a Lasarte y Carasatorre de la banda, aunque no ha recordado si formaba parte del comando Donosti ni nada relacionado con el atentado contra Ordóñez.
Por su parte, Lasarte ha reconocido ante el tribunal su participación en el atentado en labores de seguimiento y vigilancia, aunque ha insistido en que no recordaba datos concretos sobre el asesinato ni sobre si Carasatorre tomó parte en él, lo que sí admitió en su declaración policial.
En su informe final, el fiscal y las acusaciones han considerado plenamente acreditada la participación del acusado en el asesinato de Ordóñez. El fiscal, que acusa a Carasatorre de un delito de asesinato, ha pedido también que se le prohíba volver a San Sebastián y al lugar de residencia de la familia de la víctima durante cinco años a partir de que alcance cualquier modalidad de libertad.
Antes de que se iniciara la vista oral, han acudido a la sede de la Audiencia Nacional varios cargos del PP para apoyar a la viuda del concejal, Ana Iríbar, y a la hermana, Consuelo Ordóñez. Entre ellos, han asistido la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; el vicepresidente, Ignacio González; el secretario general del PP de Madrid, Francisco Granados, la concejal del Ayuntamiento de Madrid Ana Botella y la diputada Cayetana San Gil.
Condenados a 19 años y 4 meses «Txapote» y Carasatorre
La Audiencia Nacional ha condenado a 19 años y 4 meses de cárcel al exjefe militar de ETA, Javier García Gaztelu, «Txapote», y al también etarra Juan Ramón Carasatorre por participar en el ametrallamiento de unas viviendas militares del barrio donostiarra de Loyola el 23 de junio de 1995. Así consta en una sentencia dictada este miércoles por la Sección Primera de la Sala de lo Penal, que ha considerado probado que los dos terroristas, integrados en el «comando Donosti», dispararon contra la Residencia de Mandos del Ejército situada en el paseo de la Hípica utilizando dos subfusiles y un kalashnikov.
A pesar de que el fiscal Pedro Rubira y la Abogacía del Estado solicitaban una pena de 24 años y 11 meses de cárcel, la sentencia, de la que ha sido ponente la magistrada Manuela Fernández de Prado, impone a los dos etarras 14 años y ocho meses de cárcel por un delito de asesinato en grado de tentativa, cuatro años y dos meses por la sustitución de placas de matrícula y seis meses por la utilización ilegítima de vehículo a motor. Para cometer esta acción contaron con la cobertura del etarra Valentín Lasarte, que les condujo en un vehículo hasta el barrio de Recalde. En un punto elevado, situado a unos 400 metros de las viviendas, los tres etarras realizaron los disparos que alcanzaron una furgoneta, una caravana y un bungalow en cuyo interior se encontraba durmiendo la madre de un subteniente, que sufrió un shock al notar el impacto de un proyectil junto a su cama.
ABC, 19/5/2011