EL MUNDO – 18/05/15
· Montan un «muro popular» para evitar la detención de tres miembros de Segi condenados.
El presidente de Sortu, Hasier Arraiz, llamó el sábado por la noche, en su mitin central de campaña electoral, a la participación en las movilizaciones del domingo en Vitoria contra la detención de siete jóvenes de la organización Segi, condenados por la Audiencia Nacional a seis años de prisión por integración en banda armada, tres de los cuales aún no habían sido detenidos por la Ertzaintza. Dicho y hecho. Unas 8.000 personas, encabezadas por el propio líder de la izquierda abertzale y otros cuadros del partido como Unai Urruzuno o Julen Arzuaga, quisieron escenificar una marea naranja con una manifestación que desembocó en la más emblemática plaza de la capital vasca, la de la Virgen Blanca, y que se reconvirtió en un «muro popular» para rodear a los tres jóvenes perseguidos por la Justicia con el objetivo de impedir el paso a la Policía vasca, en guardia toda la jornada.
Esta forma de proceder se ha convertido ya en un clásico de la izquierda abertzale en los últimos años. En Ondarroa, una multitud se parapetó en un puente en torno a Urtza Alkorta, condenada por ser colaboradora de ETA, para forzar que los antidisturbios de la Ertzaintza tuvieran todas las dificultades del mundo para poner a la joven a disposición judicial. Después de horas de retirar a los presentes uno a uno y sin armas –el uso de pelotas de goma, por ejemplo, ha quedado restringido tras la muerte de Íñigo Cabacas en una carga en Bilbao–, finalmente Alkorta fue arrestada. Episodios similares se han vivido en San Sebastián, en Bilbao, en Guernica y también en otra ocasión en Vitoria.
En el centro de la ciudad permanecían varios miles de personas al cierre de esta edición y habían solicitado pertrechos (comida y sacos de dormir) para pasar la noche y mantener cuanto sea necesario el pulso. Pasaron las horas con espíritu festivo, disfrazados incluso con pelucas y máscaras. Una sirena les alertará cuando se acerquen las lecheras de la Ertzaintza, como se informó desde un sistema de megafonía. Con ese aviso, todos se pondrán de pie y entrelazarán sus brazos.
Los tres condenados no se ocultaron en ningún momento. Son el navarro Ibon Esteban y los vitorianos Aiala Zaldibar e Igarki Robles. Todos ellos tomaron la palabra para arengar a la mesa y calificar de «histórico» lo que está ocurriendo. La madre de uno de ellos dijo también que son «luchadores» por los derechos civiles y políticos. Hace varios días fueron arrestados ya los otros cuatro jóvenes condenados por la Audiencia Nacional.
Mientras, la mesa de crisis de la Ertzaintza, con decenas de dotaciones movilizadas desde primera hora de ayer, diseña el momento más adecuado para penetrar entre la masa. Fuentes policiales explicaron que la concentración en sí misma no supone un gran riesgo para el orden público, al margen de las lógicas molestias para los vecinos.
Este tipo de operaciones suponen un gran despliegue tanto de personas como de vehículos y ya ha quedado demostrado, al menos en Ondarroa, que generan un importante coste económico en horas extraordinarias y combustible.