Pedro Chacón-El Correo
- El atraso ferroviario es el mayor agujero negro en el pretendido oasis vasco
La tecnología tiene estas paradojas. A mí me sacan de quicio. Que la construcción de trazados para trenes rapidísimos sea tan exasperantemente lenta es lo que no acabo de entender. ¿Por qué la tecnología no se emplea primero en implementar fórmulas, estructuras, técnicas para construir con rapidez lo que luego va a ser una vía rápida? ¿No es conceptualmente contradictorio y hasta kafkiano, estresante, construir a paso de tortuga lo que luego va a servir para que un tren vaya a más de 200 kilómetros por hora? ¿Por qué no construcciones rápidas para trenes rápidos? Llevamos con el tema de la ‘Y vasca’ ¿desde cuándo? ¿Cuánto tardaron los chinos en hacer un hospital en Wuhan en lo peor de la pandemia? Creo que fueron diez días. Con mil camas.
La Y vasca empezó las obras en 2006, ¡hace casi 20 años ya!, en un tramo del norte de Álava, entre Arrazua-Ubarrundia y Legutiano (antes Villarreal de Álava). Y hasta hoy todavía no se han terminado todos los tramos. Faltan sobre todo las estaciones de llegada/ salida de las tres capitales vascas. La de Bilbao está prevista para 2027. Obviamente, será más tarde. Y está contemplada una obra tan aparatosa que obligará a construir primero una estación provisional en Basauri.
Por el medio hemos tenido de todo. Hasta atentados de ETA, que empezaron por sabotajes a las empresas constructoras para culminar en el asesinato en Azpeitia de Ignacio Uria Mendizabal, de la empresa Altuna y Uria, una de las contratas del proyecto. Este crimen, como todos los de ETA, fue terrible, pero con unas connotaciones que lo hacían más insoportable, si cabe, que los demás. La víctima, un señor de 70 años que había decidido seguir trabajando mientras el cuerpo le respetara. Con cinco hijos. De aquí de toda la vida, con sus padres baserritarras que habían pasado del campo a la construcción. Nacionalista. Y que daba trabajo a mucha gente. Fue el 3 de diciembre de 2008. No lo mataron en el acto, sino que quedó agonizando durante 50 minutos, tirado en el suelo. ¿Qué sociedad es esta que tenemos en la que sus compañeros de partida de cartas lo sustituyeron al día siguiente por otro y a seguir? Desde que empezaron las obras, ETA había decidido que el tren de alta velocidad había que pararlo, que era una obra innecesaria y que iba contra el pueblo. Pues con atentados como aquel y con las reacciones que provocó, la verdad es que no nos merecemos tener ni tren de alta velocidad ni nada.
Luego también están los que piensan que el pueblo vasco es una isla etnográfica en medio de un mundo occidental cada vez más mezclado. Y se supone que la pureza es mejor que la mezcla. Pues el caso es que, de tanto pensar así, han conseguido que en el fondo la sociedad se lo crea y con ello una imperceptible pero real lentitud de la obra se sigue produciendo porque la gente en el fondo no tiene ilusión ni por verla terminada. De tanto creernos un pueblo-isla, por el idioma, por el carácter, por no se sabe qué, acabaremos de verdad convertidos en una isla. Y la exasperante lentitud del tren es una metáfora perfecta. Por el sur no hay conexión directa o de alta velocidad con el resto de España, ni con Zaragoza ni con Madrid, ni con Portugal ni con Galicia. Para ir a Madrid hay que dar un rodeo por Valladolid, porque la conexión directa por Burgos no se prioriza. Y qué decir por el norte. Mientras que desde Barcelona ya están probando trenes de alta velocidad española hacia Marsella, Lyon y París, aquí lo último que sabemos es que no habrá conexión directa con Francia como mínimo hasta 2047. O sea, que o no lo veremos o solo ya de viejecitos. Los franceses han decidido que se tienen que conectar primero desde Burdeos con Toulouse. Y luego ya se verá qué se hace con la conexión hasta la frontera. Es mucho más interesante para ellos enlazar con dicha ciudad que con España y Portugal juntos.
Y el espíritu europeo de Francia, dónde queda con este tipo de decisiones. Y por qué les interesa más a España y a Francia la unión por el Mediterráneo que por el Atlántico: ¿será que hay más votos en juego? Desde Burdeos a la frontera con España por tren, a día de hoy, se tarda más que desde Burdeos a París para una distancia de más del doble de kilómetros.
El País Vasco, en la carrera de la alta velocidad ferroviaria, definitivamente ha acabado convertido en una isla. Tendremos un tren de velocidad muy modesta y además desconectado tanto del sur como del norte. Así como del este (Navarra) y del oeste (Cantabria). O sea, que nos seguiremos teniendo que acoger al autobús o al vehículo privado para poder solventar distancias de entre doscientos y cuatrocientos kilómetros en tiempos razonables, que son las que necesitamos para conectarnos con Madrid, Zaragoza o Burdeos. Es el mayor y más visible agujero de ese pretendido oasis vasco.