ABC – 28/02/15
· La Policía los acusa también de tenencia de armas y de un delito contra la neutralidad del Estado.
· Conexiones: Los detenidos se mueven en el ámbito de la extrema izquierda. Uno de ellos tuvo participación activa en el 15-M y tres pertenecieron al Ejército de Tierra En libertad con medidas cautelares.
· En la noche de ayer, los ocho «milicianos» quedaron en libertad con la medida cautelar de comparecer ante el juez cuando les sea requerido.
Los retornados de las zonas de guerra son, sin duda, uno de los mayores quebraderos de cabeza de las Fuerzas de Seguridad. Sin embargo, hasta ahora esa figura se asociaba con los yihadistas que salieron de España a luchar en Siria e Irak, tras ser captados en nuestro país. Sin embargo, la operación puesta en marcha ayer por la Comisaría General de Información de la Policía, que ha coordinado a las brigadas provinciales de Madrid, Oviedo y Gijón, Barcelona, Murcia y Cartagena, Pamplona y Cáceres, amplía el abanico a aquellos que viajan a lugares de conflicto no por razones religiosas, sino políticas.
Y es que en una investigación sin precedentes en Europa los agentes han detenido a ocho individuos en seis comunidades autónomas que habían viajado a Ucrania para luchar en las filas de los grupos independentistas prorrusos. Se trata de un fenómeno inquietante, pues los arrestados, de entre 20 y 30 años y que se movían en los círculos de la izquierda más radical, han recibido adiestramiento en el manejo de armas de guerra y explosivos, y podrían haber cogido experiencia en técnicas de combate, por lo que su perfil es ahora extremadamente peligroso. Además, tres de los detenidos son exmilitares del Ejército de Tierra y otro trabajó como portero de discoteca.
Sus actividades desarrolladas en el este de Ucrania pueden ser constitutivas de delitos que comprometen la paz o la independencia del Estado, al tratarse de españoles que, al participar en el conflicto armado, violentan la neutralidad que nuestro país ha de mantener en relación con la comunidad internacional. En la noche de ayer, todos ellos quedaron en libertad con la medida cautelar de comparecer ante el juez cuando les sea requerido.
Interior recordaba ayer en un comunicado que «en el conflicto en el que participaron los detenidos, hay cientos de civiles muertos, la mayoría de nacionalidad ucraniana. Algunos de estos actos han sido calificados de acciones terroristas por las autoridades de aquel país». Cree que además de la presunta comisión de delitos de cooperación o complicidad en asesinatos y homicidios llevados a cabo por los grupos y batallones a los que se unieron, hay que añadir la tenencia y depósito de armas y explosivos.
Según las fuentes consultadas por ABC, los arrestados en el marco de la operación Danko habían salido de España a mediados de julio, desde Madrid y vía Barcelona, según explicó uno de ellos en una entrevista concedida cuando se encontraba ya en las regiones ucranianas de Lugansk y Donetsk. No tuvieron ayuda económica; ellos mismos se financiaron el viaje, movidos por su ideología radical y cierto afán de aventura.
Desde el principio utilizaron las redes sociales para hacer propaganda de su causa, y además de esos contactos con los medios de comunicación para lanzar sus soflamas colgaron en sus perfiles fotografías en las que se les veía empuñando kalashnikov, con explosivos, o recibiendo instrucción vestidos con uniformes militares. «Vamos a luchar contra el resurgimiento del IV Reich en Europa; tenemos el honor de comunicaros que las Brigadas Internacionales han vuelto», proclamaban en un comunicado desde Ucrania.
Esta sobreexposición en internet hizo más sencillo su seguimiento, y de hecho los Servicios de Información de la Policía seguían sus pasos desde hacía meses. El objetivo era neutralizarlos una vez que regresaran a España. Los primeros seis regresaron en diciembre, mientras que los otros dos lo hicieron hace apenas una semana. Desde su salida de Ucrania hasta las detenciones estuvieron controlados por la Policía, que a primeras horas de la mañana de ayer procedió a las detenciones.
Los arrestados son Rafael Muñoz Pérez, de 27 años; A. A. M., A. I. B,S. B. V., A.R. S., B. L. M., H. A. P. y D. S. A, que fueron capturados en sus domicilios de Gijón, Cartagena, Barcelona, Cáceres, Pamplona, Alcorcón (Madrid) y dos de ellos en Madrid capital. El primero de los individuos citados se hizo popular este verano cuando, junto con su compañero Ángel Davilla-Rivas, de 22 años, colgó varios vídeos en las redes sociales en los que anunciaban que se habían unido al Batallón Vostok, a las órdenes de Igor Strelkov, jefe de las Fuerzas Armadas de la República Popular de Donetsk. Rafael Muñoz estaba afincado en Gijón aunque había nacido en Madrid y militaba en las juventudes de Izquierda Unida en el Principado.
El detenido en Cáceres, por su parte, era conocido en los ambientes de la izquierda radical de la capital extremeña por su activismo en el 15-M, y uno de los detenidos en Madrid tiene antecedentes por una reyerta con individuos de extrema derecha. Fuera de esto, la mayoría del grupo apenas tiene historial y se movía por libre, según las fuentes consultadas. En los registros realizados se encontraron uniformes militares rusos, puñales y machetes, entre otros efectos que no han sido detallados.
Para preparar su desplazamiento a Ucrania constituyeron en internet la «Brigada Internacional Carlos Palomino», llamada así como homenaje al joven antifascista asesinado en Madrid por un militar de ideología neonazi cuando acudía junto a otros radicales a reventar una manifestación de la extrema derecha. En sus inicios, la citaba «brigada» la integraban «menos de diez» españoles, según reconocieron en su momento, procedentes de «varias ciudades del Estado español».
Algunos «combatientes» desplazados desde España al conflicto de Ucrania cuentan también con el apoyo de los núcleos bolcheviques instalados en la «izquierda abertzale». De hecho, hace meses se constituyó en el País Vasco la plataforma autodenominada Euskalherria-Donbass (principal región minera de Ucrania). También desde Askapena, la «ONG» de ETA, se ha venido arengando a los integrantes de las «brigadas internacionalistas».
ABC – 28/02/15