EL MUNDO 25/01/14
· El PP nacional desembarcó ayer en Cataluña para dar moral al partido y hacer frente a los «machetazos» y «banderazos» con que Artur Mas pretende solventar la crisis a costa de la unidad de España.
Éste fue, de hecho, el explícito mensaje trasladado por dos de sus máximos dirigentes, la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, respectivamente. Ambos participaron en la Convención que el PP de Cataluña celebra este fin de semana en Barcelona.
El cónclave lo clausura hoy mismo Mariano Rajoy, en su segunda visita de partido al feudo del separatismo desde diciembre de 2012. La escasísima presencia de dirigentes nacionales en Cataluña en medio del fuerte desafío independentista que vive la región fue, de hecho, el dato velado con el que ayer abrió la Convención el secretario general de la formación regional. Jordi Cornet pidió encarecidamente a Cospedal que venga «mucho», y ella cumplió, antes de regresar rápidamente, con un discurso contundente y muy aplaudido. La secretaria general mezcló la reivindicación de la Historia y de los sentimientos patrióticos catalanes y españoles con el pragmatismo. Y en este sentido, contrapuso el derecho a saber y los datos sobre las ayudas del Gobierno a Cataluña, frente al derecho a decidir pretendido por los independentistas.
«Algunos nos quieren robar la Historia, el futuro y el presente. Y no lo vamos a consentir», clamó Cospedal, apenas unas horas antes de que, en el mismo foro, y ante representantes del empresariado catalán, Feijóo advirtiera a los nacionalistas: «No nos gobierna la Historia, sino el presente. No somos dependientes de lo que sucedió hace siglos, sino de lo que sucede hoy o mañana».
«No se le puede dar un mordisco a un país, no se puede dividir a los catalanes con los sentimientos. Quien diga que hay que romper España a machetazos no sabe nada de España ni de Cataluña», dijo Cospedal. «El pueblo catalán está bajo el mandato de un presidente autonómico que ha perdido la razón», fueron las palabras de Feijóo.
Así, si la número dos de Rajoy en el partido hizo valer en suelo catalán «la suerte de tener un partido que trabaja por todos los españoles, con independencia de dónde vivan», frente al «delirio» y los «intereses particulares» de un político como Mas, el presidente de la Xunta presumió de galleguismo no soberanista. «Me niego a responder si quiero más a Galicia o a España», afirmó.
Feijóo, tras denunciar que el independentismo «no nace del pueblo» sino de sus dirigentes, comparó con el peronismo en Argentina la actual alianza del centroderecha nacionalista catalán con la «izquierda radical» independentista. Apuntó que se trata de una alianza electoral para «las próximas décadas» y que, «probablemente, la consulta sea una pieza» de dicha campaña.
La secretaria general no desaprovechó la ocasión de espantar los fantasmas que amenazan el resultado del PP en las próximas europeas. Sin citar en absoluto a Ciutadans, pero consciente de la fuga de votos del PP a la formación de Albert Rivera –por la que ayer, en los pasillos de la propia Convención, varios dirigentes se confesaron preocupados–, Cospedal presumió de la fortaleza del PP como partido de Gobierno. «Somos el único partido catalán fuerte que defiende la vigencia del ordenamiento jurídico y de todas las leyes; el único que defiende la visión integradora y cabal de todos los españoles», afirmó.
Sea como sea, y como preludio de las cifras que habría de desglosar luego el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, la dos se aplicó en combatir con su discurso lo que sus propios compañeros de partido en Cataluña califican de «nacionalismo de bolsillo»: «Esa hipotética Cataluña independiente nacería en quiebra, le faltaría liquidez para pagar a sus funcionarios y sus hospitales…», subrayó, para reivindicar que «el Estado paga todas sus pensiones» y «ha inyectado el dinero suficiente para que la Generalitat pagara sus deudas». «Eso lo ha hecho el Gobierno de España, el Gobierno de todos los catalanes», insistió.
La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, que llegó a emocionarse con los elogios recibidos de Cospedal, también abundó en los argumentos económicos. Pero arriesgó por otros caminos, al comparar, salvando las distancias, el pasado «sufrimiento» de los populares vascos con el terrorismo con el vivido ahora por los miembros del PP catalán con la «exclusión social» labrada por los nacionalistas. «O estás con ellos o no eres catalán».
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, puso la nota optimista. «Tengo la confianza de que los catalanes saldremos de ésta juntos más cohesionados y fuertes», dijo.
EL MUNDO 25/01/14