EL MUNDO – 13/09/15
· Junts pel Sí reparte propaganda en español y programa mítines en zonas castellanoparlantes Albiol hace campaña en el estadio de Cornellà.
La candidatura independentista de Artur Mas y los partidos contrarios a la secesión comparten objetivo a menos de dos semanas del 27-S. Unos y otros advierten en el voto de los inmigrantes procedentes de otras comunidades autónomas y en el de sus descendientes el factor que puede decantar la balanza en unas elecciones definitivamente asumidas como las más importantes de la historia de Cataluña.
La Asamblea Nacional Catalana trasladó la manifestación de la Diada a la Barcelona popular y castellanohablante, y ayer los barones autonómicos del Partido Popular respondieron acudiendo a la capital catalana para alertar a gallegos, andaluces o murcianos de que la verdadera batalla se librará en las urnas. «Está en juego que podáis seguir sintiéndoos de vuestros pueblos en Cataluña», les avisó el candidato popular a la Presidencia de la Generalitat, Xavier García Albiol.
Las encuestas evidencian que el sentimiento soberanista no es tan hegemónico en la sociedad catalana como dice Junts pel Sí, la candidatura que aglutina a CDC, ERC, la ANC y Òmnium Cultural. El propio centro demoscópico de la Generalitat sostiene en su último barómetro –presentado el pasado mes de julio– que sólo el 24,9% de catalanes no se siente español. El 38,2% declara ser tan español como catalán.
Con esas cifras en la mano, la lista de Mas está redoblando esfuerzos por convencer de las virtudes soberanistas a los votantes con un sentimiento de pertenencia compartido. De hecho, el castellano tuvo un protagonismo destacado en la concentración de la Diada. «Esto no va de romper, va de sumar. Que cada cual sea de donde quiera ser. Visca Catalunya lliure», clamó desde el escenario en el que desembocaba la concentración Gabriel Rufián, que se identificó ante la masa convocada como «hijo y nieto de andaluces» y representó a Súmate, la plataforma secesionista de castellanohablantes.
Ayer, el presidente de la Generalitat se desplazó a escasas manzanas del punto de partida de la manifestación para seguir buscando el voto de la Barcelona obrera. Mas irrumpió en el distrito de Sant Andreu, que en las elecciones municipales del pasado mes de mayo respaldó masivamente a Ada Colau con casi el 30% de los votos. Desde allí consideró el número cuatro de la candidatura independentista que sería un «error monumental pensar que, después de la Meridiana, esto ya está hecho». Y desde Tarrasa el líder de Junts pel Sí, Raül Romeva, prometió que la república catalana respetará a todos los catalanes con independencia de su origen.
Esta formación se volcará en el área metropolitana de Barcelona. Así, cerrará su campaña electoral en Hospitalet de Llobregat, y tampoco casualmente ha esparcido por el otrora cinturón rojo barcelonés propaganda dirigida específicamente a los catalanes que tienen en el español su lengua habitual. «Derroche no, pensiones sí», «Fronteras no, Europa sí» y «Atraso no, progreso sí» rezan algunos de los carteles de la candidatura en esas poblaciones.
PP, PSC, Ciutadans y Catalunya Sí que es Pot –la coalición que cobija a Podemos– confían en que la inmigración española de los años 60 y sus familias no sucumban ante el repentino interés de los soberanistas por hacerse con sus votos. Pablo Iglesias inauguró la ofensiva por ganarse a esa parte del electorado. Todavía en precampaña, el secretario general de Podemos pidió el pasado jueves «a los que no se avergüenzan de tener abuelos andaluces» ayuda para «echar a Mas». «No podéis consentir que os hagan invisibles en Cataluña», insistió.
Ayer tomó el testigo García Albiol. El ex alcalde de Badalona alertó a la «mayoría silenciosa» de que «se equivocan si creen que estos comicios no son suyos». El candidato del PP insistió en apelar al votante que normalmente no participa en las autonómicas pero sí en las generales para tumbar a Mas. García Albiol sigue convencido de que un 72% de participación será suficiente para abortar el plan soberanista. El porcentaje de votantes en las elecciones al Parlament promedió el 60% en las últimas cinco citas, pero cuando en 2012 llegó al 67,7% del censo, CiU perdió 12 diputados.
El presidenciable se rodeó ayer de los presidentes autonómicos del PP para firmar la Declaración de Barcelona, en la que los barones populares se comprometen a preservar la unidad de la «España plural». García Albiol pidió a los catalanes con raíces en el resto de España que no permitan «que nadie les convierta en extranjeros en su tierra». Lo hizo flanqueado por la madrileña Cristina Cifuentes y por Alberto Núñez Feijóo, que hoy hará campaña en la casa regional gallega de Barcelona. Horas después, García Albiol se trasladó a Cornellá para ver el partido entre su equipo, el Espanyol, y el Real Madrid y avisar de que la permanencia de los equipos catalanes en la Liga española «está en riesgo».