Ojales y pantalones

JOSÉ MARÍA CARRASCAL – ABC – 29/11/15

· Que Mas acepte tres «vice» con tantos poderes como él es peor que ser nombrado president.

¡Bienvenidos al club!, dan ganas de decir a los que se han puesto una banderita española en el ojal de la solapa, donde antes lucían el lazo rojo, rosa, verde, morado, arco iris incluso. Empezó Pedro Sánchez con aquella inmensa bandera, le siguieron políticos, sindicalistas, intelectuales y ya la luce hasta Pablo Iglesias, más aficionado a la tricolor republicana. Casi podría decirse que los únicos que no la lucen son los del PP. Tampoco la necesitan después de ser acusados tantas veces de esconderse tras ella. Hoy, quienes se esconden son los hasta ayer acusadores. Tanto han cambiado las cosas en tan poco tiempo. La primera batalla que gana el PP en la campaña electoral.

La segunda es la de Cataluña. Con Mas como dinamitero, que ha volado ese engendro llamado Junts pel Sí, y hasta la propia Convergència, en bancarrota política y financiera, habiendo incluso cambiado de nombre para acudir a las próximas elecciones bajo otro liderato. Por no hablar de su negociación con la CUP, una vergüenza para el que fue primer partido de Cataluña y

king-maker en Madrid durante décadas. Que Mas acepte tres «vice» con tantos poderes como él es peor que ser nombrado president, pues eso no resolvería el problema de Cataluña: lo agrandaría. Ese hombre se ha convertido en un peligro para él y para sus conciudadanos. Que no se retire demuestra que ni siquiera lee ya La Vanguardia. Pero no sólo él delira allí. El Parlament alega ante el Tribunal Constitucional que su resolución del 9 de noviembre donde se anunciaba el inicio el proceso de desconexión de España (sí, aquélla que finalizó la presidenta con el grito de «¡Viva la República catalana!») era sólo «una declaración de intenciones sin fuerza legal, más una aspiración que una disposición vinculante», por lo que pide al Constitucional no suspenderla, cuando ya la suspendió al aceptar el recurso del Gobierno contra ella. Más que una bajada de tono, parece una bajada de pantalones con toques surrealistas.

No anda mucho mejor el resto de la oposición. La última bala que le queda es acusar a Rajoy de insolidaridad con Francia en su guerra contra el yihadismo. Cuando serían los primeros en criticarle si interviniese, y no digamos si muriera algún español en el lance o sufriéramos un atentado terrorista. Pero, como digo, no tienen otra munición y la están disparando en mítines, periódicos, radios y televisiones, pese al pacto antiterrorista que han firmado.

Este es el mundo al revés: pacifistas convertidos en belicistas, dubitativos ante la condición nacional de España luciendo su bandera en la solapa. Capitanes araña incitando al presidente a embarcarse, quedándose ellos en tierra en espera de que embarranque. Un parlamento que devalúa sus propias resoluciones y la retirada desordenada de la oposición hacia sus cuarteles de invierno, donde puede pelear entre sí todo lo que quiera.

Algunos cabreos son comprensibles.

JOSÉ MARÍA CARRASCAL – ABC – 29/11/15