Okupación

ABC 02/12/16
LUIS VENTOSO

· Aventuras de un Gobierno municipal incompetente

DICEN los eruditos que de lo particular se extraen lecciones universales. Por eso, y con la venia, me atrevo a informarles de las últimas y amenas aventuras del Gobierno municipal de mi ciudad, paradigma perfecto de lo que hace el populismo santurrón y «bla, bla, bla» cuando le toca apearse de la nube de la demagogia y gestionar la prosaica realidad. ¿Y qué hace? Pues más bien nada… o el ridículo.

La Coruña fue capitanía militar desde el siglo XVIII. Esa circunstancia llenó la ciudad de cuarteles, residencias y sociedades castrenses. Con la llegada de la democracia, y más tarde con el fin de la mili, algunas instalaciones perdieron utilidad. Paco Vázquez, el alcalde socialista y católico que empalmaba mayorías absolutas, tuvo la diligencia de ganarse a los sucesivos ministros de Defensa para que los cuarteles ociosos pasasen a un uso civil. Por ejemplo, uno de ellos es hoy el rectorado de la universidad. La operación abrió además la urbe al mar, derribando muros y descubriendo unas vistas de la ría inéditas para los vecinos.

Perdieron los socialistas y llegó el PP, pero continuó en la línea: en 2013, el Ayuntamiento logró que Defensa le cediese las naves de la llamada Comandancia de Obras, una parcela en una zona estupenda. El Gobierno municipal desescombró el solar con un gasto de 200.000 euros y decidió abrir allí un centro de diseño. Una buena idea para una ciudad que casi milagrosamente es hoy sede de la mayor firma de moda del planeta, Inditex. El proyecto estaba tan avanzado que hasta se falló el concurso arquitectónico. Pues bien: desde la pasada semana es un «Centro Social Okupado». Allí se ha acantonado una tropa autogestionaria, vegetariana, animalista… y con ningunas ganas de currar como las personas normales. Con higiene mejorable, en condiciones insalubres y con riesgo de que les caiga una viga en la crisma, se dedican a rascar la barriga con una teórica coartada cultural. ¿Qué ha pasado?

En mayo del año pasado el PP volvió a ganar, pero por muy poco. Por cortesía del PSOE, gobierna el segundo clasificado, una amalgama de nacionalistas y podemitas llamada la Marea. Por ahora lo están haciendo muy bien: la ciudad bate récords de suciedad, han perdido 15 millones de fondos europeos por no saber hacer el papeleo, carecen de un solo proyecto nuevo y ambicioso y son incapaces de cerrar unos presupuestos sin demora de meses. Eso sí, el alcalde, un profesor universitario encantado de haberse conocido, logra mantener siempre en su punto una laboriosa barba de tres días y lleva los faldones de la camisa indefectiblemente por fuera, demostrando cuán guay es. Dos de sus concejales jalean a los okupas. El de la camisa por fuera se escaquea y se irrita si le preguntan por el tema, dice que ahora no toca (oscurantismo y sectarismo, el talante democrático de la nueva política). Los portavoces municipales alegan que las naves son de Defensa. Los vecinos flipan. Resumen: lo que iba a ser un centro sobre el diseño es una cochambre okupa, donde tal vez vivan hasta niños indefensos. Aleluya, ¡llegó la Marea!