ABC 05/03/13
JUAN CARLOS GIRAUTA
Le ha faltado tiempo al fiscal para salir en socorro de los independentistas buscándoles vías alternativas
SEGURO que me equivoco porque hace demasiados años que acabé la carrera, pero yo diría que el fiscal está sujeto a los principios de unidad de actuación y dependencia jerárquica, y que su principal razón de ser es la defensa de la legalidad. Lo habrán cambiado en los últimos veinticinco años y no me he enterado. Es lo que pasa por no ejercer. De lo que sí ejerzo es de ciudadano, y he visto cosas en la fiscalía que vosotros no creeríais, que diría el clon. Por ver, hasta vi en su día al frente del Ministerio Público al Pollo del Pinar. Quizá los lectores más jóvenes no recuerden a aquel boxeador. A lo que iba.En mi confusión me había sobresaltado. Un susto, lo del fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, esa nacionalidad o región hoy entregada a la novela histórica y al espionaje pedestre. Una impresión, verle tomar bando por la zalagarda secesionista que se ha dado en llamar «derecho a decidir». Puesto a tomar bando, que no debía, podía haber escogido el de la ley, que viste mucho en un fiscal, pero, tras reconocer que el referéndum no cabe, ha tomado extrañamente el otro y se ha puesto a buscar sustitutivos y a ofrecer sus ideas a los de Mas. Justo después de que el Consejo de Ministros habilitara a Rajoy para impugnar la soberana declaración del Parlamento catalán.Le ha faltado tiempo al fiscal para salir en socorro de los independentistas buscándoles vías alternativas, como si fuera un consultor de CiU o de ERC. Así, la ley de consultas es «donde se puede posiblemente jugar», se chiva juguetón. Ojo a esta frase: «Si no hay solución en Madrid, hay que ver qué competencias nos quedan». Analicemos. Llama el fiscal «Madrid» a un Estado a cuyo fiscal general está jerárquicamente sometido. Madrid eres tú y no te habías dado cuenta. Llama el fiscal «Madrid» a la Constitución Española, cima de la legalidad que debe defender. Madrid sigues siendo tú. En cuanto al pronombre «nos», se agradece la sinceridad. Se ve que por un lado está «Madrid», con su enojosa Constitución y su gobierno español, empeñado en cercenar el derecho a decidir, y por otro lado está «nos», un ser diferente donde el fiscal se encuadra y al que podrían quedarle competencias para que el pseudo derecho prevalezca. Vía que él se encarga de iluminar en beneficio del gobierno de la Generalidad.
¡Hasta qué profundidades habrá interiorizado este fiscal asesor el marco mental de Artur Mas para asumir directamente las metáforas homéricas de la gesta independentista! Nunca Ulises había caído tan bajo: «En estos momentos del viaje a Ítaca, los billetes los pueden tener en Madrid». Y dale con Madrid. Madrid, Madrid, Madrid, en Ítaca se piensa mucho en ti. Otrosí digo, fiscal, que al barco de Odiseo no se accedía con billete.