Javier Portillo-Vozpópuli

  • El papel  preponderante de Estados Unidos en la Alianza Atlántica es el gran escollo ideológico de las formaciones en el Gobierno

  La OTAN es un dolor de cabeza para la izquierda que gobierna en España. El PSOE y Unidas Podemos no se ponen de acuerdo sobre cómo relacionarse con una organización a la que la invasión rusa de Ucrania ha dado una nueva vida tras el derrumbe de la Unión Soviética y la disolución del Pacto de Varsovia.

El siglo XXI, en su primer cuarto de vida, se está volviendo oscuro y peligroso. Esa última palabra es la que más repiten los mandatarios que forman parte de la Alianza. Y, aunque las dos tradiciones políticas que conviven en Moncloa lo comparten, difieren de lleno sobre un asunto clave: el papel preponderante de Estados Unidos, el ejército más poderoso de la Tierra.

Este diario ha conversado con tres referentes de la izquierda para acercarse en este reportaje a las razones que explican las diferencias entre los partidos que mandan en Moncloa. Y los tres, el exdiputado socialista en el Parlamento Europeo Ramón Jáuregui, el fundador de Podemos Juan Carlos Monedero y el presidente de la Fundación por la Europa de los Ciudadanos y responsable de estrategia de Izquierda UnidaÁngel de la Cruz, coinciden en que una de las la prioridades debe ser reforzar la autonomía europea. Pero difieren en todo lo demás.

La OTAN es una organización que nace para responder al Pacto de VarsoviaJuan Carlos Monedero

«La OTAN es una organización que nace para responder al Pacto de Varsovia. Y que con motivo del atentado del 11-S cambia su lógica y asume una posición ofensiva. La OTAN responde a un esquema de Guerra Fría y, por tanto, a un esquema de dos grandes bloques que hoy ya no existen. Hoy la realidad es la de un mundo multipolar donde la Unión Europea, en lugar de ser uno de esos ejes del multipolarismo, es un vector subordinado a los Estados Unidos. No tiene ningún tipo de lógica», arguye Juan Carlos Monedero.

Algo muy similar desliza Ángel de la Cruz: «La OTAN era la organización que representaba ese viejo mundo en el que incluso existía la amenaza nuclear. Hoy el mundo es distinto, ya no existe el Pacto de Varsovia ni el telón de acero, pero la OTAN sigue desplegándose a lo largo y ancho del globo, provocando tensiones y conflictos para proteger los intereses geopolíticos de Estados Unidos. Si no ha cambiado el papel de la OTAN, no puede cambiar la posición de la izquierda que reivindica la vía diplomática para los conflictos, el respeto al derecho internacional y la paz. La pregunta que nos hacemos es otra: ¿Cómo es posible que el mundo haya cambiado tanto y, sin embargo, el papel de la OTAN sea el mismo? No tiene sentido».

Pero Ramón Jáuregui, pese a reconocer que la Alianza está muy «americanizada», justifica el dominio estadounidense: «Son las consecuencias de pertenencia a un bloque político caracterizado no por una retórica de palabras vacías, sino por contenidos concretos que conforman nuestra vida: el Estado de Derecho, las elecciones libres, la sociedad del bienestar, los derechos humanos, el derecho internacional con reglas, los órganos multilaterales… Este bloque al que pertenecemos tiene derecho a expandirse», replica. De la Cruz ve al enemigo de la democracia dentro antes que fuera: «¿Qué hacemos con la ultraderecha, que en los países europeos atacan con discursos de odio los derechos humanos más básicos? ¿Qué hacemos con los jueces estadounidenses que se han arrogado el derecho de decidir sobre el cuerpo y la vida de las mujeres? ¿Qué hacemos con Viktor Orbán y sus leyes homófobas? La respuesta no es fácil, pero pasa por más democracia».

Y ahí aparece el primer embrollo, porque mientras que la tradición socialdemócrata antepone que se imponga la democracia pese a que se beneficie de ello el gran mercado de Estados Unidos, la izquierda a la izquierda del PSOE está por la labor de marcar distancias con Washington. «Cuando [Francis] Fukuyama anunció el fin de la historia vino a decir que las democracias tenían el camino abierto pero hoy el mundo está sometido a regímenes políticos de autocracias y dictaduras fuertes que se expanden. Cuando China establece la ruta de la seda o controla los puertos griegos y argentinos está defendiendo un modelo de organización de la sociedad, no solo intereses comerciales. El mundo democrático, aunque no estemos de acuerdo con lo que hace siempre EEUU, no puede prescindir del Ejército más poderoso del mundo».

El problema chino

No obstante, Monedero no percibe igual el papel de China, que por primera vez aparece en el concepto estratégico de la OTAN como un país que desafía sus «intereses, seguridad y valores». Es más, la Alianza acusó a Pekín de alinearse con Rusia «en contra de la política de puertas abiertas de la Alianza».

«Si uno mira los documento defensivos de Estados Unidos se ve cómo usa la retórica del mundo basado en reglas que mimetiza Sánchez, como si no hubiera una lógica que respondiera a los intereses geopolíticos de España y Europa. Si el argumento fuera que Europa va a aumentar un 2% su gasto militar para construir una defensa europea, podemos discutir en qué medida hace o no falta. Pero es que estamos haciendo un gasto militar desmesurado solamente para responder a las necesidades de Estados Unidos, que establece que el control de China de sus aguas jurisdiccionales es una amenaza. Europa está subordinándose a las necesidades que tiene Estados Unidos como Imperio de constreñir incluso el control de China de sus aguas. Nos está metiendo en una pelea que no es la nuestra. Nosotros tenemos que lograr que Rusia forme parte de los valores europeos», sostiene Monedero.

Coincide De la Cruz: «Nuestro objetivo es un mundo sin guerras en el que los conflictos se enfrenten de una manera acorde al derecho internacional y respetando la soberanía de los pueblos. Sabemos que es un objetivo ambicioso, por eso nuestra propuesta de inicio es la más realista y pragmática de todas: la Unión Europea tiene que dejar de estar subordinada a los intereses geopolíticos de los Estados Unidos y apostar por una política de seguridad propia. Esto, a día de hoy, no existe».

¿Cómo se trabaja mejor para que haya un Ejército europeo? Desde dentro de la OTANRamón Jáuregui

Pero Jáuregui se ciñe al pragmatismo e invita a sus adversarios a trabajar desde dentro de las instituciones: «Lo que respondo a lo del seguidismo de EEUU es que el combate a eso no se hace desde un discurso al margen utópico y marginal, sino desde dentro. No puedes contemplar tu influencia en un mundo que no sea militarizado simplemente para hacer un discurso kantiano. No estamos en la armonía kantiana. Y para que exista tienes que estar dentro. ¿Cómo se trabaja mejor para que haya un Ejército europeo, desde dentro de la OTAN o desde fuera? Dentro de la OTAN y en la Unión Europea. Construyendo poco a poco junto a Francia y Alemania una fuerza que nos permita ser autónomos. No queremos imponer nuestra forma de ver el mudo a nadie pero es que otros están imponiendo la suya. No tenemos superioridad moral sobre nadie. Pero creemos que el mundo estará mejor con reglas internacionales, con multilateralismo y con democracias que sin ellas. Tenemos derecho a buscar una proyección y que el mundo se parezca a estos principios. Creemos que estos cánones son los que mejor respetan la dignidad humana.», responde el histórico político socialista.

En la socialdemocracia aún se ve a Estados Unidos como un faro. Pero en su izquierda se le percibe como una democracia averiada en claro retroceso: «Estados Unidos tiene una deriva antidemocrática creciente. Va camino de convertirse en una teocracia militarizada. No solo por el asunto del aborto o la prohibición a regular el medioambiente o el derecho a portar armas, si no que además padece un enorme crecimiento de la pobreza. Hay una involución, mientras Europa tiene una construcción democrática sobre la base de los derechos humanos. Por eso no tiene el más mínimo sentido que se alinee respecto de los dos elementos que los documentos de defensa de Estados Unidos señalan su principal problema: China y Rusia, que puede ser aliada de China», explica Monedero.

La bandera de la disuasión

Pero lo cierto es que Rusia ha atacado primero. Y eso cambia todo. «Pertenecer a la UE y ser un país con mando nos obliga a comprometernos. Hay un antiyanquismo de vieja escuela que no se corresponde con el momento actual. Porque la OTAN nunca ha mostrado agresividad o expansionismo. La incorporación de los países del Este fue consecuencia directa de que los antiguos países de la URSS tenían razones históricas para temer a Rusia. Pero hoy tienen razones reales que acreditan que las históricas estaban fundadas. Hoy es obligado pertenecer a una asociación que disuade si no quieres ser atacado. Y creo que esto explica la OTAN de hoy. Tiene capacidad de disuadir cualquier intento de agresión a nosotros. La incorporación de Suecia y Finlandia es la mejor prueba de la naturaleza defensiva de la OTAN y de su necesidad. Dos países con una tradición de neutralidad y pacifismo han decidido sumarse», razona Jáuregui.

Eso sí, la elección de Helsinki y Oslo es un problema, porque los países soberanos no son libres, según Monedero. «No es verdad que todos los países puedan hacer lo que quieran en base a una realidad que es la geopolítica y que se rige por intereses. Y por tanto, parece sensato pensar que ir corriendo la frontera de la OTAN hacia el Este desde que cae la URSS es una provocación norteamericana que, en un momento dado con una Rusia debilitada no genera problema pero que cuando se recompone dice que no quiere vivir con una amenaza. Por tanto, Ucrania seguramente ha hecho una mala lectura desde 2004 de sus comportamientos geopolíticos porque se organizó un golpe de Estado contra un presidente proruso y la Unión Europea metió la pata y apoyó ese movimiento de un sector del país que no entiende que lo que tienen que hacer los ucranianos es convivir. Ucrania está dividida en dos y la lógica no es que ninguno venza, sino que convivan».

Putin ha cometido el mismo error que Sadam Hussein en la primera invasión de KuwaitJuan Carlos Monedero

Monedero entiende el derecho histórico de Rusia sobre el territorio ucraniano. «Ucrania se había articulado durante la Guerra Fría con la URSS. Y, en el momento en que la URSS cae, se rearticula. Crimea, que tenía sentido en Ucrania en tanto en cuanto formaba parte de la URSS… al caer pues es que Rusia no iba a renunciar a Crimea. Era una ingenuidad absoluta. Igual que la zona del Donbás. Rusia no iba a permitir eso. Y Putin ha cometido el mismo error que Sadam Hussein en la primera invasión de Kuwait. EEUU le sugirió que miraría para otro lado si ocurría y luego genera una respuesta contundente. Y aquí ha ocurrido algo similar. Si se hubiera quedado en el Donbás… quizá podía haberse montado otra argumentación, pero cuando siguen hasta Kiev se enajenan el apoyo de zonas que contaban con Moscú».

«El razonamiento este de los rusófilos y de los herederos de la URSS que no se han dado cuenta de que ahora gobiernan Putin y los oligarcas, hay que responderle diciendo que las razones históricas de las comunidades rusófilas que puedan existir son problemas que existen en toda Europa. Uno tiene que recorrer la Historia desde la caída del Imperio Austrohúngaro para entender que hay miles de minorías étnicas viviendo en países diferentes. No hay una razón para decir ‘voy a defender a los míos’, porque volveríamos a las guerras tribales del siglo XX. Rusia ha demostrado que nunca fue posible un acuerdo con Putin», remacha Jáuregui. La izquierda en el diván. Y la OTAN como píldora.