IÑAKI EZKERRA-EL CORREO

  • Hay una España que se sale de la lucha de sexos que plantean izquierda y derecha

Ione Belarra ha establecido una nueva clasificación de los prototipos de familia, según lo que ella considera una mentalidad progresista. Pero hay un nuevo modelo que se le escapa. Pienso en el caso de una amiga mía que celebró la Nochebuena con su actual marido y con el hombre del que se divorció hace veinte años tras un matrimonio desastroso que le dejó secuelas traumáticas. El tiempo todo lo cura y mi amiga no sólo consiguió rehacer su vida, sino que ha sabido pasar página de aquella relación sin guardar rencor a aquel tipo que la hizo sufrir y que después no ha encontrado otra compañera. Empezaron a coincidir en los cumpleaños familiares. Y poco a poco se han convertido en una especie de parientes que comparten hijos y nietos. La actual pareja de mi amiga ha ido aceptando la situación con naturalidad, asumiendo esa presencia en fines de semana e incluso en veraneos como un solo núcleo familiar.

Pero esta pasada Nochebuena, ese núcleo se redujo a los tres. Ella y los dos hombres de su vida cenando el pavo navideño en total armonía. Ese peculiar trío a uno le resulta sugerente entre otras cosas porque sus miembros responden de forma unánime a eso que se entiende por una mentalidad conservadora. Ninguno de los tres va de revolucionario por la vida.

Yo es que creo que, afortunadamente, hay una España que va por otro lado distinto de la que demasiado a menudo protagoniza nuestra prensa, marcada por la crispación política o los casos de esa violencia llamada machista. Otra España que se sale de la fea lucha de sexos que plantea la izquierda populista o la derecha más tradicional, en la que las partes de un matrimonio roto batallan, cada uno por su lado, con una legión de abogados que les ayuden a desplumarse. Creo, en fin, que la imagen de ese trío tan especial y bien avenido no sólo rompe el clásico tópico de los excónyuges rencorosos, sino que insinúa un divorcio entre la sociedad real y la vida política española.

Según el esquema de Belarra, mi amiga ha pasado por el modelo de familia joven (la de menores de 29 años y sus descendientes); por el de la familia biparental (la de un matrimonio o pareja de hecho y los hijos que están bajo su tutela); por la familia monoparental (la de un solo progenitor y sus descendientes) y por la familia reconstituida (la de una pareja con hijos de relaciones anteriores). Pero falta en esa clasificación un nombre para la familia que mi amiga forma ahora y en la que su ex ha pasado a convertirse en un miembro itinerante. No es la sagrada familia, de acuerdo, pero a mí me parece más cristiana que algunas que acuden a la misa del Gallo y no conocen ni el perdón ni la superación de ciertas diferencias ideológicas.