Otra vez en campaña

SANTIAGO GONZÁLEZ-El Mundo

Estamos otra vez en campaña y no parece que haya mejor idea que estrenarla con un sondeo del CIS, una vez comprobado el 28-A que las mañas de Tezanos tienden a anticipar los resultados con más fidelidad que el resto de los encuestadores. Lo que hacen en realidad es empujar la realidad hacia sus previsiones.

El CIS ha publicado una encuesta realizada antes del 28-A. ¿Para qué preguntar a la gente a quien votaría si días más tarde esa misma gente va a votar de manera real y no virtual en unas elecciones? Otro misterio es que a unos triples comicios que se van a celebrar el mismo día no se les aplique el mismo procedimiento, valorando en los tres casos el voto directo o aplicándole a este los correctivos que procedan, también en los tres casos. Las encuestas fueron realizadas hasta el 23 abril y los encuestados respondieron como un solo hombre (y una sola mujer) que el PSOE ganaría en todas las CCAA, salvo en Navarra y Cantabria, que la alcaldesa de Madrid seguirá siendo Carmena, con Pepu Hernández haciendo el papelón de Pedro M. Carmona. No es lo peor; en Barcelona volvería a ganar Ada Colau, sin que Cs vaya a notar un efecto Valls. Barcelona capital padece en grado agudo el horror a la excelencia que padece toda España. Valls y Ada Colau, no digo más.

No se entiende que en las autonómicas de Madrid, los encuestados anunciasen hasta el 23 de abril su intención de votar a las izquierdas siete puntos más que a las derechas y que cinco días después, en las urnas realmente existentes, el PP, Cs y Vox sumaran el 53,78% de los votos, mientras la izquierda se quedara en el 43,8%. El efecto Errejón, tal vez.

Lo que pasa es que con encuestas o sin encuestas, la suerte está ya echada para el PP, en la diana de un fuego cruzado en el que participan con entusiasmo el PSOE, Cs y Vox. Bueno, y los propios. Núñez Feijóo ha inaugurado la campaña criticando la estrategia de Casado y negándose a postularse como sustituto. Quince días antes de las elecciones no es un plazo razonable para hacer unos ejercicios espirituales sin estrategia de recambio. Por razones prácticas habría sido preferible esperar al día 27 y plantearse lo que tengan que plantearse. Los propósitos de la enmienda hay que plantearlos con tiempo por delante para que puedan desarrollarse. Tiempo es lo que no les va a faltar al PP ni a Cs. Y tampoco a Vox. Un par de legislaturas no hay quien se las quite al doctor Sánchez, salvo que el paro vuelva a las cifras de Zapatero en un tiempo récord. Mientras, otra de sus mañas: designa a Iceta, otro ni-ni (como Adriana, Valenciano y tantos), para presidir el Senado –de momento, en grado de tentativa, porque los separatistas no llegan a entender que lo hace por su bien–. Tal vez aquí resida la explicación última de mi decepción Borrell, un tipo con estudios que al verse en este ambiente ha decidido adaptarse al medio. Si no les puedes vencer, ya sabes.