Otra vez Múnich

ABC 08/02/15
HERMANN TERTSCH

· «Lo mejor que pueden hacer los ucranianos es convertir nuestro realismo en su resignación»

Impotencia
Resonará largo tiempo la impotencia europea en las palabras de Merkel

«Occidente no puede dar suficientes armas a Ucrania para que Vladimir Putin reconsidere su política de agresión a Ucrania. Por eso la lógica de la fuerza se impone y Rusia con ella. Putin no cede y continuará con su agresión a Ucrania y su violación del Acta de Helsinki y del Derecho Internacional. Hasta lograr los objetivos que considere rentables para el coste que asume. Pero siendo realistas, Europa no puede frenarle. Solo podría una amenaza nuclear de la que ni siquiera queremos hablar. Consuélense, la historia no acaba aquí. También ganaron en un primer momento quienes construyeron el muro de Berlín. Los aliados fueron entonces realistas y no atacaron a Moscú. A la larga ganó Occidente. Y nuestro modelo de sociedad, que era superior al de Moscú entonces y lo es al de Moscú de ahora, acabará imponiéndose como lo hizo en 1989. Lo lamentamos por los ucranianos, que son las víctimas. Les daremos la ayuda económica y humanitaria posible. Pero lo mejor que pueden hacer es convertir nuestro realismo en su resignación». Ninguna de estas frases se pronunció así en la Conferencia de Múnich. No hablamos de aquella Conferencia de Múnich que ahora recuerdan todos, la de 1938, hito de vergüenza en la historia de las democracias. Sino de la Conferencia de Seguridad de Múnich, que este año ha sido el centro del mundo por dos días.

Pero si ninguna frase es textual, sí resumen todas juntas bien la intervención y el mensaje de la canciller alemana Angela Merkel ayer en la capital bávara, después de regresar de Moscú.

Se han dicho en estas 48 horas en el salón del legendario hotel Bayerische Hof muchas cosas con una crudeza inaudita en el mundo diplomático. Resonará durante largo tiempo ese reconocimiento de la impotencia europea en las palabras de Merkel y el cinismo infinito en las del ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, que cada vez recuerda más al ministro Vyacheslav Molotov en su desprecio a Occidente y a la verdad. También resuena la amarga frustración de Washington, al verse una vez más en la historia, que Europa no está dispuesta a hacer frente a un agresor. Por realismo, por resignación, por prudencia, por sensatez, por sentido común, por cobardía, por egoísmo… por lo que sea. El Kremlin tiene sus planes y quien no tenga una disuasión creíble no va a entorpecerlos. No la tiene Europa ni la OTAN. El abismo entre Washington y Europa por Ucrania se abrió ayer aun más. El reconocimiento de la impotencia de Europa ante la agresión rusa exige reflexión pero también medidas urgentes. La UE y la OTAN permiten que Ucrania, un estado soberano, sea brutalmente agredido y despedazado por el mero hecho de querer integrarse en su seno. Veremos si la reacción es distinta cuando el próximo objetivo de Rusia sea un estado ya integrado.