ABC 12/11/13
Para «compensar» el testimonio que las víctimas de ETA aportan en las escuelas vascas, al Ejecutivo de Urkullu se le ha ocurrido llevar también a las clases a terroristas que digan haber sufrido abusos policiales. Sublima de nuevo el PNV su acobardada y tradicional equidistancia, esa falaz estrategia que pone en el mismo plano a víctimas y a victimarios. Con su verborrea políticamente correcta, el PNV llena las clases de «víctimas de motivación política». Le bastaba con no hacer nada; no era preciso vejar.