EL MUNDO – 01/04/17
· La crisis en su federación debilita aún más el peso de Podemos en el nuevo partido.
· Pablo Iglesias sigue decidido a convertir el nuevo partido de Ada Colau en su marca electoral en Cataluña.
No sería sólo una alianza coyuntural, sino que pretende tener vocación de permanencia. Podemos renunciaría así a ejercer una visibilidad propia como formación autónoma para convertirse en una pata más que sostenga al nuevo sujeto político catalán –todavía sin nombre–, que nace bajo el indiscutible liderazgo de la alcaldesa de Barcelona. Podemos favorecería de esta manera la creación de una suerte de PSC, un partido distinto en el que se escucharía su voz pero que estaría controlado por Colau y que funcionaría independiente de las directrices moradas.
El líder de Podemos asume ese papel secundario por la estrella de Colau y se encomienda a ella en Cataluña por la necesidad de sumar fuerzas para existir como espacio relevante. Junto a actores como ICV o EUiA y bajo la fórmula del éxito de En Comú Podem, ganador en Cataluña en las elecciones generales de 2015 y 2016. Y que, con Colau, reflotó la fracasada marca que encalló en los comicios catalanes de 2015.
Pero los planes de Iglesias han sufrido un obstáculo imprevisto. La dirección de Podemos Cataluña ha entrado en los últimos días en una deriva que ha puesto fuera de control a la organización. El secretario general catalán, Albano Dante Fachin, ha dado un golpe de mano para paralizar el proceso de confluencia por distintas desavenencias. El problema es que el proceso sigue y eso va a socavar aún más la ya de por sí escasa influencia de Podemos dentro del nuevo partido. Este nacerá oficialmente el 8 de abril y los de Colau y Xavier Domènech –que lo liderará formalmente– no esperan a nadie.
Esto puede llevar a Podemos a quedar políticamente muy debilitado dentro del nuevo espacio catalán e, incluso, a sufrir la caída de su segundo secretario general en dos años. Lo que demostraría los enormes problemas de implantación y de fortaleza.
Iglesias tiene clara su apuesta e insiste en ligar su futuro a Colau en Cataluña. Está tratando, aún sin éxito, de retomar el control de su federación en la comunidad. El diario Nació Digital informaba ayer de que se estaban produciendo movimientos para intentar forzar la caída de Fachin para relevarlo como interlocutor con los comunes por el dirigente Joan Giner. Bajo la apariencia de que la dirección estatal de Podemos mantenía la neutralidad.
Todo ello para enderezar un rumbo que fuentes de Podemos Cataluña consultadas por EL MUNDO reconocen que les lleva al «limbo» y a una posible «bicefalia» si todo continúa en los mismos términos.
Iglesias ya subrayó públicamente su «decepción» por los acontecimientos e instó a Fachin a volver a la mesa de negociación. Porque «ese espacio es crucial» para él y porque si «hay algo que está por encima es que las fuerzas estén unidas».
La respuesta ha sido no. Y la situación es ahora mismo de lo más compleja. Desde hoy y hasta el 8 de abril se celebran primarias a la dirección del nuevo partido. La decisión de la cúpula de Podemos Cataluña ha sido retirar su lista oficial de candidatos porque no reconoce ese proceso como propio. Sin embargo, el sector crítico, encabezado por Jéssica Albiach, ha presentado una candidatura. Eso –por las características del proceso– garantizará la presencia de miembros de Podemos en la dirección del nuevo partido, donde también estará el dirigente estatal Vicenç Navarro.
A partir de aquí la situación se enreda aún más. ¿Está formalmente integrado Podemos Cataluña en el nuevo partido pese al lío de las primarias? Para Fachin la respuesta es «no» porque el pacto alcanzado la semana pasada «ha dejado de tener validez». Pero para los comunes Podemos está dentro, porque sólo ha renunciado a las primarias. Esto provoca, según las fuentes consultadas, «un choque de legitimidades» que es «caótico». Los oficialistas dicen que Albiach no representaría al partido, sino que participa a título individual. Eso provoca que se tenga que dirimir «quién representa a Podemos». Iglesias no ha dicho nada aún, pero su sola presencia el 8 de abril en la asamblea convertiría a Albiach de facto en su voz dentro del nuevo partido.
«Puede ocurrir que Iglesias tuviera que escoger como el interlocutor en Cataluña entre alguien que participa dentro del sujeto político o la organización propia», dicen fuentes de Podemos Cataluña, que insisten en que «habrá que clarificar» este asunto «porque así no se puede quedar».
EL MUNDO – 01/04/17