EL MUNDO – 23/04/17
· El ex ‘lehendakari’ quiere defender por ley la libertad frente a la imposición nacionalista.
Patxi López ha concentrado en un libro sus principales planteamientos políticos. Y quiere lanzarlos a la opinión pública antes de las primarias del PSOE. En La izquierda necesaria, el ex lehendakari plantea nuevos derechos, como el de la libre identidad frente a la imposición nacionalista. Reivindica la reconstrucción de la socialdemocracia, que considera que se ha dejado ganar la partida por el neoliberalismo, y defiende la recuperación del Estado del Bienestar.
El libro, editado por Catarata, resume las prioridades que López ha defendido desde el PSOE, el Ejecutivo vasco o el Congreso. Hoy lo firma por primera vez en Barcelona y el martes lo presenta en Madrid. EL MUNDO ha tenido acceso al mismo. A continuación, resumimos sus puntos más importantes:
«LA IDENTIDAD NACIONAL». Patxi López propone reconocer e impulsar un nuevo derecho: «la libre identidad nacional» e introducirlo en la Constitución para que sea de obligada defensa por parte del Gobierno y de las CCAA. El candidato a liderar el PSOE plantea una «enmienda de totalidad al planteamiento de nación nacionalista» y propone a su partido «defender la unidad [de España] como un valor en sí mismo» como «espacio compartido de libertad» y de «solidaridad ciudadana». En opinión del primer lehendakari no nacionalista de la historia, el modelo territorial «debe tener como objetivo fundamental terminar con la desigualdad territorial».
Y ese debe ser también el propósito del federalismo que defiende el PSOE, que debería plasmarse en una reforma concreta de la Constitución que recoja «el reconocimiento expreso del derecho a la libre identidad» para «facilitar la tolerancia social» y «la renuncia a la utilización de los gobiernos autonómicos para homogeneizar en una identidad única a todos sus ciudadanos».
Los nacionalistas vascos o catalanes pretenden, mediante «la construcción nacional», «cambiar la identidad de las personas que no pertenecen a la comunidad nacionalista». La propuesta de López es la contraria: que exista un derecho a la libre identidad nacional, como existe a la libre identidad religiosa. Y que los ciudadanos no puedan verse forzados a renunciar a la suya o a adoptar la «identidad única» que el nacionalismo aspira a imponer.
EL CONFLICTO CATALÁN. López lamenta que las «posiciones irresponsables» de los independentistas y del PP han llevado a «un choque brutal» y a «un enorme riesgo de fractura social, de ruptura democrática en Cataluña». Frente al «choque de trenes», propone «parar las máquinas y sentarnos a hablar». «Tenemos que ponernos en modo solución, no en modo conflicto», resume. A partir de ahí, apuesta por «renovar el pacto constitucional» y avanzar hacia una reforma federal de la Constitución en la que el PP, el PSOE y los nacionalistas puedan encontrar puntos de acuerdo desde los que romper la actual espiral.
EL ESTADO DEL BIENESTAR. La «destrucción» del Estado del Bienestar se ha producido porque una parte de la socialdemocracia ha claudicado ante la economía, antes incluso de la última gran crisis. Los socialistas han sucumbido al discurso neoliberal, «han perdido la batalla de la opinión pública» y han permitido que se fuera desmontando el Estado social. Ante esto, los partidos socialistas deben «recuperar el poder de la política sobre la economía», la negociación colectiva, poner el capital a trabajar y poner en marcha «un Estado emprendedor», además de invertir en investigación e innovación.
DERROTA DEMOCRÁTICA. López denuncia que en los últimos años se ha producido una «derrota democrática» que explica por muchos factores. Uno de los más importantes es la deslegitimación de las instituciones por la ruptura del consenso territorial, la corrupción –«que ha arrasado el prestigio de las instituciones democráticas»– y porque la Constitución «se ha anquilosado». Además, «una generación entera se reconoce sin futuro», añade.
Frente a un diagnóstico tan duro, el aspirante a secretario general del PSOE señala como «absolutamente necesaria» la reforma de la Constitución para renovar el «pacto invisible» entre los ciudadanos y las instituciones, recuperar su prestigio y firmar «una nueva concordia ciudadana».
EL MUNDO – 23/04/17