Veníamos diciendo que Adriana era él y resulta que Patxi López también era él. Hablamos de Pedro Sánchez, naturalmente. Ya habíamos adelantado que a cada fracaso electoral el líder responde con una campana de Huesca, aunque con una pequeña variante. El rey Ramiro II el Monje la hacía con las cabezas de los conspiradores, mientras Pedro Sánchez la hace con las de los más fieles. Nuestros personajes vivieron un gran momento el día que Patxi preguntó a quien había de ser su secretario general durante las primarias: “Pedro, ¿tú sabes lo que es una nación?” y resultó que no, que no lo sabía. Patxi tampoco.

Pedro y Patxi podrían muy bien componer la imagen que describía Chateaubriand en sus memorias al contar la entrada de Talleyrand y Fouché en la antecámara del emperador: “De repente, entró el vicio apoyándose en la traición”. Ellos son eso, pero sin talento.

Por lo visto, Pedro quiere reforzar el partido y ha considerado que para ello, pocas medidas tan eficaces como sustituir a Héctor Gómez, un nulidad discreta, por Patxi López, una nulidad pregonada. Ya habíamos dicho aquí que López fue aupado por el PP a los dos cargos que más sobrepasaban su nivel de incompetencia: lehendakari del Gobierno vasco y presidente del Congreso de los Diputados. En ambos cargos retribuyó al PP con sectarismo. Recordemos que en las autonómicas del 1 de marzo de 2009, la lista que encabezaba López sacó 25 escaños, cinco por debajo de las que comandaba Ibarretxe y que si Patxi pudo investirse fue gracias a los 13 escaños del PP que Basagoiti puso a su servicio, sin otra contraprestación que la simbólica presidencia del Parlamento vasco para Arantza Quiroga.

Para valorar la custodia que Patxiló hizo de todo eso baste recordar que ni siquiera pudo agotar la legislatura y que en 2012 tuvo que convocar elecciones anticipadas, en las que sus escaños bajaron de 25 a 16. El PNV volvió a recuperar Ajuria Enea y en esa legislatura los socialistas volvieron a perder siete escaños para quedarse en nueve. Era evidente que aquella peculiar coalición de Gobierno no podía durar, valga como prueba la explicación que este López daba de sus acuerdos con EH Bildu: “Hemos pactado con Bildu porque la oposición del PP es indecente”.

Patxi López, portavoz. ¿Hay quién dé más? No, pero sí hay quien da menos. ¿se imaginan lo que podrían ser los debates parlamentarios si Núñez Feijóo hubiese repuesto en su cargo de portavoz a Cayetana Álvarez de Toledo, que había sido destituida por aquel nefasto par director que formaron Pablo Casado y Teodoro García Egea? Lo que daría yo por ver un mano a mano entre este pobre cuitado y Cayetana. Sobre lo que es una nación, por ejemplo.