TONIA ETXARRI-EL CORREO

Con la máxima tensión disparada por el presunto espionaje a más de sesenta políticos independentistas, la convalidación del decreto anticrisis que deberá pasar hoy por el filtro del Congreso pende de un hilo. Si ayer desde ERC Rufián sacó a colación al torpe diputado del PP que se equivocó en la votación y salvó la reforma laboral («pídale el teléfono al señor Casero») fue para enseñar el envoltorio de su voto. Salvo cesiones de última hora, Sánchez hoy tampoco podrá contar con ERC ni con otros independentistas. Sólo el PNV se quedará donde estaba. Tan incierta se presenta la convalidación del decreto anticrisis que en La Moncloa están buscando la abstención del PP de Feijóo. Pero ni siquiera se han leído las propuestas del líder popular.

El tiempo apremia y los independentistas denuncian y sobreactúan como víctimas del espionaje. Y Podemos lo aprovecha. Ayer fue una sesión de control al Gobierno de alto voltaje ¿Las escuchas fueron ilegales o no? Esa es la cuestión. Desde que estalló el caso, Pedro Sánchez no ha parado de hacer piruetas para ganarse los favores de sus socios. Maniobró de urgencia el pasado domingo para poder presentarse ayer en el Congreso con un lote de regalos para los independentistas: la investigación al CNI, la comisión de secretos oficiales abierta a todo quisque, la desclasificación de documentos…

Ayer Sánchez intentaba presumir de abrir la puerta a ERC y Bildu en la comisión de secretos oficiales que se constituirá gracias a la alteración de mayorías decidida por la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet. Pero la ministra de Defensa, después de los guiños y susurros del presidente Sánchez a los independentistas, preguntó qué se espera que haga un Estado cuando se declara la independencia unilateralmente y se vulnera la Constitución. Y medio ‘teatrillo’ parlamentario se le echó encima.

Que el CNI espía en defensa propia es una obviedad que ayer quiso poner en solfa la ministra Robles. Su función consiste en prevenir delitos contra el Estado, incluidos los ataques al orden constitucional.

Tendrán que demostrar que todo se ha hecho respetando la legalidad pero seguramente sin poder bajar a los detalles. La ministra Robles hablaba del secreto debido sabiendo que ella, desde la soledad de su cargo en el Gobierno de coalición con Podemos, era la codiciada pieza del trofeo. Aitor Esteban le preguntaba: ¿qué ha sido de aquella juez progresista? Y ella le respondió que es una ministra escandalizada ante imputaciones y acusaciones sin ningún material probatorio. Tal como está la legislatura, sería una irresponsabilidad desprenderse de esta ministra de Defensa en plena guerra en las puertas de Europa. Pero después de tantos virajes de Sánchez ante su debilidad parlamentaria, nadie se atreve a poner la mano en el fuego por la ministra Robles. Tampoco a apostar por el resultado de la votación de hoy. Sánchez ha cambiado su agenda y estará en la votación del Congreso. Por si acaso.