EL CORREO 28/01/13
· Manex Castro e Iraitz Santa Cruz, dos de los seis acusados del atentado contra el empresario del TAV, serán juzgados a partir del miércoles.
La Audiencia Nacional juzgará desde este miércoles a dos de los seis presuntos etarras procesados por el juez Eloy Velasco por el asesinato del empresario guipuzcoano Inaxio Uria, cometido en Azpeitia el 3 de diciembre de 2008. Manex Castro Zabaleta e Iraitz Santa Cruz Ugalde se enfrentan a penas de 59 y 10 años de cárcel, respectivamente, por la comisión de delitos de integración y colaboración con banda armada, detención ilegal, robo de vehículo, asesinato y daños materiales.
La instrucción fue llevada a cabo por el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, que procesó por el crimen a Beñat Aginagalde, Manex Castro, Iurgi Garitagoitia, Joane Larretxea y Ugaitz Errazkin como autores del atentado, mientras que Iraitz Santa Cruz es considerado colaborador necesario.
La Fiscalía considera en su escrito de conclusiones provisionales que la dirección de ETA encargó a los comandos Asti y Ezuste atentar contra Uria para provocar el pánico entre los empresarios que participaban en la construcción del Tren de Alta Velocidad que tiene previsto unir las tres capitales vascas. Para ello, los terroristas se pusieron en contacto con Santa Cruz, que colaboró «de forma decisiva» al facilitar a Aginagalde el coche de su padre, un Volvo 460, sabedor de que iba a ser utilizado «para cometer graves actos delictivos».
La mañana del día elegido para cometer el crimen Garitagoitia y Larretxea abordaron y secuestraron en un aparcamiento de Deba al propietario de un automóvil Alfa Romeo. El rehén fue trasladado con las manos y pies atados, los ojos vendados y en el interior del maletero a la zona de Itziar, distante a diez minutos. Allí, según el sumario, esperaban Aginagalde, Errazkin y Castro con el Volvo de Santa Cruz.
Tres disparos
Castro y Garitagoitia se encargaron del custodiar al rehén a punta de pistola, mientras que Aginagalde, Larretxea y Errazkin se dirigieron hacia Azpeitia con el Alfa Romeo robado. En las inmediaciones de la empresa Altuna y Uria localizaron el coche del empresario sobre una acera. Inmediatamente, uno de los asesinos se dirigió hacia la víctima disfrazado con una falsa barba y realizó tres disparos a bocajarro. El autor material del crimen y sus acompañantes huyeron de inmediato con el coche sustraído en Deba.
Posteriormente se dirigieron hacia Itziar para recoger a los miembros del comando que se encargaron de la custodia del propietario del vehículo utilizado para cometer el asesinato. A continuación, «al objeto de eliminar cualquier huella», según especifica la instrucción, quemaron el Alfa Romeo y abandonaron a su propietario en una cabaña situada a unos seiscientos metros del lugar.
De inmediato, se dirigieron hacia Andoain, donde dejaron aparcado el turismo prestado por Santa Cruz, al que se lo devolvieron días después. El atentado fue reivindicado por ETA mediante un comunicado publicado por el diario ‘Gara’ el 21 de enero de 2008, casi tres semanas después del asesinato de Uria.
Según revela el auto judicial, los terroristas realizaron la víspera del atentado un reconocimiento de la zona por la que tenían que moverse al día siguiente. Utilizaron unos teléfonos móviles comprados en la localidad riojana de Arnedo para comunicarse. En uno de los móviles se encontró ADN de Manex Castro, mientras que en el Volvo se localizaron restos de Garitagoitia.
En el sumario figura también un informe de inteligencia elaborado por la Ertzaintza en el que pone de relieve el conocimiento de la zona del secuestro del propietario del Alfa Romeo que tenía Garitagoitia, ya que su familia materna tenía un caserío a cuatrocientos metros del lugar donde quemaron ese turismo.
El primero de los presuntos autores del crimen en ser detenido fue Castro, aprehendido por las fuerzas de seguridad en Villabona en marzo de 2009. Dos meses más tarde fue arrestado Santa Cruz en Villabona. El resto de los integrantes de los dos comandos cayeron algo más tarde en Francia. Garitagoitia fue capturado en julio y Larretxea en octubre del mismo año. Ya en febrero de 2010 se localizó a Aginagalde y, finalmente, en junio de 2012 fue interceptado Errazkin.
El proceso por el asesinato de Uria se abre con el enjuciamiento de Castro y Santa Cruz, los primeros detenidos de los comandos Asti y Ezuste. Castro ya fue anteriormente condenado por la Audiencia Nacional a 382 años de cárcel por colocar en 2009, poco antes de su arresto, dos bombas trampa ocultas entre la maleza del monte Santa Bárbara de Hernani con la intención de acabar con la vida de los ertzainas que inspeccionaban la zona tras una explosión en un repetidor de televisión.
EL CORREO 28/01/13