Del Blog de Santiago González
Me van a permitir una primera afirmación, que muy lejos del ‘animus iniuriandi’, solo pretende retratar al personaje: el tipo que ejerce de presidente es un mentiroso, un psicópata y un necio, tal como demostró en su comparecencia sabatina. Un mentiroso es alguien que miente, y especialmente si lo hace por costumbre, según la RAE. Carlos Herrera lo dejaba establecido el viernes: “la única certeza que ofrece Sánchez es que va a mentir”. Y mentir, ya se sabe, es decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa, según la primera acepción del verbo que ofrece el DRAE. Es también un psicópata, en la segunda acepción que el diccionario canónico de nuestra lengua ofrece de la voz ‘psicopatía’: “Anomalía psíquica por obra de la cual, a pesar de la integridad de las funciones perceptivas y mentales, se halla patológicamente alterada la conducta social del individuo que la padece”. Finalmente, es también un ‘necio’ en el sentido etimológico de la palabra cuyo origen precisaba Joan Corominas en su Diccionario: del latín ‘nescius’, el que no sabe.
Tres veces, tres, dijo el sábado que comparecer cada 15 días para pedir la prórroga del estado de alarma era una decisión política y discrecional del Gobierno. Sostiene que pudo haber fijado un horizonte distinto, pero que eligió pedir la ampliación cada 15 días por su afán de rendir cuentas. Tendría que haber consultado la L.O. 4/81 de 1 de junio de los estados de alarma, excepción y sitio, que establece en su artículo 6.2 lo siguiente: “En el decreto se determinará el ámbito territorial, la duración y los efectos del estado de alarma, que no podrá exceder de quince días”.