EL MUNDO – 07/06/15
· Responden así al último comunicado de ETA en el que tilda de «ataque» a la entrega de armas el hallazgo de un zulo en Biarritz.
Lo anunció en octubre de 2011. No más atentados, no más extorsiones, no más amenazas. Han pasado 44 meses desde entonces pero ETA sigue ahí, inactiva pero viva y armada. En estos años ni su disolución ni su desarme se han completado y, por lo que la banda terrorista asegura en su último comunicado, publicado ayer por el diario Gara, no parece que tenga prisa por desaparecer. En él, ETA llega a calificar de «ataque» a su proceso de sellado de armas la operación que la policía francesa llevó a cabo el pasado 28 de mayo en la localidad de Biarritz (Francia) y en la que se localizó un zulo en una vivienda en la que la organización terrorista ocultaba 26 pistolas y 50 kilos de explosivos. En el comunicado, ETA tilda la operación de «ataque grave y directo» al «proceso acordado» con la Comisión Internacional de Verificación, –que no reconocen ni el Gobierno de España ni el francés–, para dejar sus armas «fuera de uso operativo». Más aún, señala que operaciones como ésta complican el «avance en la resolución del conflicto».
Los partidos vascos recibieron ayer el comunicado con la misma frialdad que los últimos emitidos por la banda, pero tras él sí se subrayó una fractura sobre el modo en el que se debe proceder en esta fase del desarme. Mientras PNV y EH Bildu defendieron que se establezca un protocolo para llevar a cabo la destrucción y entrega de las armas, desde las filas del PSE y el PP se limitaron a recordar a ETA que tan sólo le resta disolverse y entregar su arsenal.
El portavoz del PNV, Joseba Egibar, consideró que sería adecuado fijar «un protocolo de actuación» para «dar cierre» al desarme de ETA. Calificó de «anacrónicos» los comunicados de la organización etarra y recordó que han pasado casi cuatro años desde que ETA anunciara el final de su actividad armada y «todavía» no ha completado la entrega de sus armas. Por ello, defendió la necesidad de que la clase política también asuma sus responsabilidades en el proceso y ponga medidas para facilitar que el pasado que ya representa ETA «esté bien sellado».
Desde la izquierda abertzale, el portavoz de EH Bildu, Oscar Matute, también apeló a la necesidad de definir una planificación «ordenada» para proceder a la destrucción de las armas, «de manera que no haya ninguna duda sobre el paso irreversible que ha dado». En este sentido, defendió que se haga a través de una comisión internacional de desarme y con «una máxima cobertura institucional». Matute criticó que desde el Gobierno español aún se actúe «en una lógica de victorias, en términos casi bélicos, como suele hacer el ministro del Interior».
Desde el PSE, sin embargo, se cuestionó que se quiera plantear un «desarme pactado» y establecer un procedimiento acordado, como pretende ETA, «porque eso sería alargar el proceso de su disolución unos cuantos años más», aseguró el portavoz socialista, José Antonio Pastor.
En el PP el presidente de los populares guipuzcoanos, Borja Sémper, se limitó a afirmar que lo único que le resta a ETA es disolverse «y decir dónde se encuentran las armas». Remarcó que las Fuerzas de Seguridad del Estado y la sociedad vasca «han derrotado» a la organización terrorista y que ETA «se ha acabado, no va a volver».
Por último, la consejera de Seguridad del Gobierno vasco, Estefanía Beltrán de Heredia, se limitó a reiterar que a ETA sólo le queda disolverse de forma inmediata y «proceder a la entrega de sus armas».