EL CORREO 29/04/13
Los tres partidos se darán cita mañana en el Parlamento vasco en la que será la primera reunión del foro, tras su puesta en marcha el 11 de abril
BILBAO. PNV y PSE mantienen discrepancias sobre el nivel de exigencia hacia EH Bildu en la ponencia de paz, a la espera de que cada partido ponga sobre la mesa su propuesta de plan de trabajo. Los socialistas defienden que el «punto de partida» debe ser el trabajo desempeñado por este foro durante la anterior legislatura. Así, volverán a poner en valor el documento de conclusiones firmado el año pasado y en el que se exige que la izquierda abertzale haga una «valoración ética» de su pasado, de su respaldo a la violencia. Algo a lo que EH Bildu se niega. Los jeltzales, por su parte, consideran «absurdo» ahondar en ese camino. Creen que basta con que el Parlamento vasco haya aprobado ese texto –sin el apoyo de la izquierda abertzale tradicional–, y optarán por una postura menos beligerante que permita, en su opinión, avanzar al grupo de trabajo. Los tres partidos se darán cita mañana en la Cámara de Vitoria, en la que será la primera reunión oficial de la ponencia de paz, tras su constitución el 11 de abril.
La apuesta de PNV y PSE e, incluso del PP –aunque este último ha declinado participar por ahora en la ponencia–, porque el llamado ‘suelo ético’ fijado en la pasada legislatura sea el punto de partida de esta grupo de trabajo ya suscitó el rechazo de EH Bildu, y enturbió la puesta en marcha del foro. La coalición prefiere, y así lo ha manifestado en reiteradas ocasiones, empezar de cero. La antigua Batasuna no participó en la que fue la primera ponencia de paz, ya que carecía de representación en la Cámara de Vitoria; mientras que EA y la rama oficial de Aralar, inmersos en su convergencia en Bildu y Amaiur, se autoexcluyeron del mismo.
Esta discrepancia se hizo especialmente patente en el pleno monográfico sobre la «resolución del conflicto» celebrado a mediados de marzo. La sesión, que derivó en un duro reproche a la izquierda abertzale por parte del resto de grupos al no reconocer el «sufrimiento» de décadas de terrorismo, sirvió de antesala a la puesta en marcha de la ponencia, tras dos intentos fallidos. Entonces, el Parlamento vasco dio el visto bueno al documento acordado en la pasada legislatura, gracias a los votos de PNV, PSE y PP. La coalición abertzale se abstuvo.
Con la ponencia ya en marcha, los jeltzales no ven «necesario» volver a emplazar a EH Bildu a asumir el contenido íntegro del acuerdo. Postura esta última que no comparten los socialistas. El PNV, con Joseba Egibar a la cabeza, tiene previsto llevar a la primera reunión de este foro «el mismo guión de trabajo» que se planteó en la pasada legislatura. En éste figuran, entre otras cuestiones, la apuesta por abordar una «memoria compartida», con una «reflexión crítica del pasado», así como por fijar los principios en torno a los que debería articularse la política penitenciaria en la «nueva coyuntura» surgida tras el cese decretado por ETA. Los nacionalistas optarán de esta forma por adoptar una actitud «proactiva», aunque expectante, a la espera de que la ponencia coja ritmo y cada partido se retrate.
Las circunstancias en esta ocasión son bien distintas, como lo son los participantes en el foro. En este sentido, el PSE tiene claro cuál será su papel: «No rebajará un ápice el nivel de exigencia» hacia la izquierda abertzale. Es más, y aun siendo conscientes de que este paso podría llevarles a mantener la «primera discusión con EH Bildu», su objetivo será «partir del documento» que salió adelante en el pleno de marzo y «avanzar en los acuerdos suscritos en la pasada legislatura», según José Antonio Pastor. El portavoz de los socialistas afirmó el mismo día de la constitución de la ponencia que su grupo se encargaría de «guardar el asiento al PP». Y lo mantiene. «Todos los miembros de la ponencia deberíamos compartir esos principios básicos, incluido el punto que hace referencia a la necesidad de articular una memoria que sirva de elemento deslegitimador de la violencia, con la que parecen no estar de acuerdo», manifestó.
Calendario
Socialistas y jeltzales confiaron hasta última hora en sumar a la formación que lidera Antonio Basagoiti al grupo de trabajo parlamentario, pero no pudo ser. Al menos, en las que serán sus primeras reuniones –su presencia mañana está descartada–. Los populares, que aguardarán hasta ver el cariz que toma la ponencia antes de decidir su posible participación, se decantaron por desmarcarse de la misma –UPyD hizo lo propio desde el minuto uno– ante la «involución» que, a su juicio, protagonizó la izquierda abertzale en las semanas previas a la puesta en marcha de este órgano. Especialmente, a raíz de las declaraciones que varios de sus principales portavoces realizaron tras el fallecimiento del preso de ETA Xabier López Peña, ‘Thierry’. Las «prioridades» que llevará EH Bildu a la ponencia de paz, entre las que figuran –así lo anunció Julen Arzuaga– que el foro ofrezca una solución a los presos de la banda y sirva de altavoz para que el «Gobierno de Madrid tome nota y actúe», no han hecho más que reafirmar al PP en su portazo inicial.
Cuatro son los ejes sobre los que girará la propuesta que la coalición abertzale presentará mañana en el estreno del foro: «La construcción de una memoria completa, que todos asumamos nuestra responsabilidad, abordar la política penitenciaria y crear espacios para la convivencia basados en la no imposición». Una propuesta que, a priori, para los socialistas «no se ajusta a la realidad» ya que, según adelanta Pastor, «otros ya hemos asumido nuestras responsabilidades, mientras que la izquierda abertzale algo tendrá que decir sobre lo que ha ocurrido en este país». Se refiere, entre otras medidas, a la ley de víctimas del terrorismo, que reconoce tanto a los afectados por ETA, como a quienes sufrieron a los GAL o al Batallón Vasco Español, o al decreto que regula la reparación da las víctimas de abusos policiales. «Para que la memoria sea completa el trabajo lo tienen ellos», sentencia.
La ponencia, aunque todavía coja, nace con la vocación de tejer consensos, por pequeños que sean, para avanzar hacia una convivencia en paz. Y a tenor de las diferencias de criterio, los partidos que la integran tienen por delante un duro trabajo, que prevén sea discreto. La de mañana se concibe, en cualquier caso, como una reunión más técnica que práctica. Los grupos deberán presentar por escrito sus propuestas, en las que podrán incluir una batería de posibles comparecencias –no se prevé que cierren todavía una lista de intervenciones–. Cada uno estudiará a posteriori los planteamientos del resto de formaciones y llevará sus conclusiones a la próxima cita del foro. PNV, PSE y EH Bildu deberán, en este sentido, fijar un calendario de reuniones, que permita dar continuidad a los trabajos. Los partidos no conciben dotar al grupo de trabajo de una periodicidad fija –semanal o quincenal–, sino que se ajustará a la agenda sus respectivos portavoces, como ya ocurriera en la pasada legislatura.