EL CORREO – 06/06/14
· El acuerdo de estabilidad vivirá su prueba de fuego cuando se consume el relevo de López y se abra la negociación de los Presupuestos de 2015.
El acuerdo de estabilidad PNV-PSE sigue vivo. Por ahora. La comisión de seguimiento del pacto, reunida ayer a petición de los socialistas en el Parlamento vasco, acordó agilizar la aplicación de las medidas previstas en el documento sellado en septiembre pasado y reunirse mensualmente –hasta ahora no existía una periodicidad fija, aunque, en segundos y terceros niveles, el PSE y el Gobierno intercambian pareceres prácticamente todas las semanas– para evitar nuevas «demoras» en la batería de iniciativas acordadas entre ambos partidos.
No obstante, no fue una reunión cualquiera. Más bien una especie de primer aviso, como en los toros. Las luces de alarma llegaron a encenderse en Sabin Etxea y Ajuria Enea, conscientes de que el terremoto político sin precedentes que han provocado las aparentemente inocuas elecciones europeas bien podía precipitar decisiones drásticas en el PSE, igual que la abdicación del Rey ha logrado sacar republicanos debajo de las piedras en el PSOE. En el actual clima de volatilidad política, y con los socialistas en plena agitación interna, cualquier cosa era posible. ‘Sotto voce’, los jeltzales admitían que acudían a la cita con cierta «incertidumbre» y no descartaban incluso que el acuerdo pudiera llegar a romperse.
Pero nada de eso sucedió. De hecho, el adiós de Patxi López a la secretaría general del PSE tras la debacle en las urnas hacía difícil pensar que su ejecutiva, en la práctica ya en periodo de interinidad hasta que se celebre el congreso extraordinario del 20 y 21 de septiembre del que saldrá la nueva dirección socialista, pudiera tomar una decisión de tanto calado político. Así que la «preocupación» expresada por los socialistas ante la tardanza del Gobierno de Iñigo Urkullu en poner en marcha alguno de los planes comprometidos, como el de empleo para facilitar que los municipios fomenten las contrataciones, se solventó con un apretón de manos, buenas caras y mejores palabras. Pero en el PSE no ocultan que el pacto de estabilidad vivirá su auténtica «prueba de fuego» el próximo otoño, cuando la nueva ejecutiva socialista tome las riendas del partido y se abra, asimismo, la crucial negociación de los Presupuestos vascos para 2015.
Esas dos variables serán claves para determinar si el PSE sigue contribuyendo a la estabilidad del gabinete de Urkullu o le deja de nuevo en una angustiosa situación de minoría en el ecuador de la legislatura porque los pactos que ayudan a sostener mayorías parlamentarias suelen quebrarse por razones de oportunidad política aunque la ruptura se ‘vista’ con razones más o menos coyunturales. El termómetro político dirá si tras el verano se han apaciguado o no los temores que están llevando a los partidos tradicionales a cambiar radicalmente discursos y costumbres inveteradas.
Pero habrá, además, otro factor de peso para inclinar la balanza de uno u otro lado: la posibilidad de que jeltzales y socialistas extiendan su entente a las próximas elecciones municipales y forales de mayo de 2015, por ejemplo, mediante pactos para que gobierne la lista más votada entre ambas en diputaciones y ayuntamientos. Esa hipótesis, que hasta ahora se daba casi por sentada, no está tan clara en un PSE sujeto a turbulencias y dispuesto a acentuar aún más su giro a la izquierda. A la espera de acontecimientos en Escocia y Cataluña, tampoco es políticamente viable que el PNV responda afirmativamente a los cantos de sirena de la izquierda abertzale para consolidar un gran acuerdo parlamentario entre abertzales.
«Con paso firme»
A la espera de que se clarifique el escenario, el PSE aprovechó ayer para ganar tiempo y escenificar una actitud de exigencia con sus socios, que, a su vez, quisieron mandar un mensaje sobre la relevancia que conceden al acuerdo y a su comisión de seguimiento. Por eso, enviaron a la cita a los consejeros de Empleo, Juan María Aburto, y Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia, que acompañaron a los burukides Joseba Aurrekoetxea y Pilar García de Salazar. Por parte socialista, se sentaron en la mesa José Antonio Pastor, Iñaki Arriola y Txarli Prieto. Los peneuvistas adjuntaron un exhaustivo documento con el que pretendían demostrar de forma gráfica el «altísimo» grado de cumplimiento del acuerdo que, aseguran, en su pata fiscal se ha ejecutado al 100%, en su vertiente institucional al 60% y al 77% en la económica.
«El acuerdo avanza con paso firme», resumió la secretaria del EBB al término del encuentro, tras admitir un «cierto retraso» en la aplicación de algunos de los planes acordados. En el caso del de empleo, el PNV se comprometió a adelantar la convocatoria de ayudas para «encadenar» la puesta en marcha del correspondiente a 2015 con el actual, que obligó al Ejecutivo vasco a ampliar los plazos de ejecución de los proyectos subvencionados para que no quedaran sin cobertura, ya que los fondos no se desbloquearon hasta el pasado abril. Pastor dijo salir «satisfecho a medias» de la cita y confió en que el PNV cumpla su promesa de «corregir» las demoras.
EL CORREO – 06/06/14