Podemos, en el gallinero: ni Sánchez quiere a Iglesias a su lado, ni Rivera a Tardà

EL CONFIDENCIAL 29/01/16

· La propuesta alternativa de Iglesias para cambiar el reparto de escaños aprobado por la Mesa no gusta al PSOE, que debería compartir bancada con Podemos, ni a C’s, que se niega a estar junto a ERC

La propuesta alternativa de Podemos para situar a parte de sus diputados en la parte baja de la Cámara, evitando que todos se queden en el gallinero, como decidió la Mesa del Congreso, no tiene visos de prosperar. El principal perjudicado con la nueva propuesta sería el PSOE, abocado a compartir una parte de la bancada izquierda con la formación emergente. Y no solo eso. Pedro Sánchez tendría que sentarse en la misma fila que Pablo Iglesias, a quien acompañarían el portavoz Íñigo Errejón y la secretaria del grupo parlamentario, Carolina Bescansa. Los tres a tiro de cámara, tras el banco azul de los ministros, y al lado del jefe de Ferraz.

La distribución aprobada con todos los votos a favor de la Mesa, a excepción de los dos representantes de Podemos, que votaron en contra, y la abstención del presidente, Patxi López, se mantendrá a pesar de la impugnación que ha presentado la formación emergente. Ni PP ni Ciudadanos están dispuestos a modificarla, y aunque el PSOE esquiva responsabilidades asegurando que estudiará la versión alternativa, el caso es que la propuesta original fue diseñada por el propio grupo socialista y acordada con los populares y el partido de centro. La vicepresidenta del PSOE en la Mesa, Micaela Navarro, sí votó a favor. Precisamente, la impugnación de Podemos no fue más que un contraataque dirigido a los socialistas.

Los escaños del PNV se mantendrían invariables, al igual que los de Ciudadanos, a excepción de cuatro asientos que se añaden a la bancada derecha, junto a los populares. Los de ERC, sin embargo, se trasladarían a la bancada central, por delante de los asientos correspondientes al Grupo Parlamentario Mixto, también empotrados en el gajo central, y al lado del partido liderado por Albert Rivera. Precisamente la nueva ubicación de los independentistas catalanes es lo que para la formación centrista hace «inviable» esta nueva propuesta.

Fuentes del grupo de C’s se muestran tajantes sobre esta cuestión: consideran «fuera de lugar y un sinsentido» que un partido que reniega de las instituciones españolas y cuyos dirigentes desean, según expresaron, «no tener que volver al Congreso», ocupen un espacio central en el hemiciclo y opten a un «papel protagonista». Además, los diputados naranjas no ven factible que los secesionistas que dirige Joan Tardà ocupen un lugar junto a ellos, que se encuentran en las antípodas ideológicas.

En cuanto al PP, único grupo al que no afecta directamente el cambio, puesto que sus escaños se mantendrán en la parte derecha y seguirán teniendo como vecinos a los diputados naranjas, tampoco estaría dispuesto a la modificación del reparto, ya que no abogan -en línea con el equipo de Rivera- por que ERC ocupe un lugar ‘privilegiado’, y además respaldarán previsiblemente la voluntad del partido de Rivera en la Mesa.

Podemos ofrece una nueva propuesta para dejar el gallinero

El grupo de Podemos ha defendido su propuesta alternativa como garante de «la voluntad popular expresada el 20-D en las urnas». El sentido común, añaden, debe entrar en el Congreso, por lo que “relegar a cinco millones de personas al gallinero es un cacicada”. La distribución por la que apuesta Podemos responde a la «proporcionalidad, que debe ser uno de los principios básicos de la democracia», según argumentan.

La negativa de la Mesa para cambiar su decisión es previsible, pero Podemos quiere que el PSOE se vuelva a retratar votando junto a PP y Ciudadanos, lo que consideran -como ya manifestaron- un “fraude”. Su amenaza es clara: “Si alguien creyó por un momento que poniendo a Podemos al final de la cola dejaríamos de estar ahí, se equivoca. El cambio ha llegado para quedarse”. Además, y por una cuestión de mero funcionamiento, el órgano de gobierno del Congreso no rectificará una decisión que ha sido aprobada. Según explican fuentes parlamentarias, la Mesa podría pronunciarse a favor de un cambio si existe consenso entre los distintos grupos «y llevan el acuerdo completamente cocinado». Es decir, el órgano dirigido por Patxi López no reabrirá el debate.