EL CORREO 24/01/15
· El partido de Pablo Iglesias irrumpe con fuerza en Euskadi y amenaza con romper el mapa político
El mapa político vasco experimentará una transformación notable si se cumplen los pronósticos de la encuesta de Ikerfel para EL CORREO sobre las elecciones forales. Si los comicios se celebrasen hoy mismo, el PNV repetiría victoria en Bizkaia y EH Bildu en Gipuzkoa. La novedad más destacada se registraría en Álava, donde Podemos sería la formación más votada. El partido de Pablo Iglesias crece en el País Vasco al calor de la pérdida de apoyos de las fuerzas tradicionales. El PNV es el que mejor aguanta, la izquierda abertzale y los socialistas retroceden posiciones de forma apreciable y el PP sufre el mayor desgaste. El partido de Ortuzar resiste bien, el PSE y la izquierda abertzale retroceden y el PP puede sufrir un duro batacazo
Euskadi no es una isla ajena a los profundos movimientos políticos que se registran en los últimos meses en España y todo apunta a que el mapa vasco experimentará una notable transformación en las elecciones forales del 24 de mayo próximo. ¿El detonante? La potente irrupción de Podemos, también aquí. Si los comicios se celebraran hoy mismo, el PNV repetiría victoria en Bizkaia y EH Bildu en Gipuzkoa, en tanto que la formación de Pablo Iglesias sería la más votada en Álava, según la encuesta elaborada por Ikerfel para EL CORREO.
Podemos crece en el País Vasco al calor de la pérdida de apoyos de los partidos tradicionales. El PNV es el que mejor aguanta, aunque con diferencias según los territorios. La izquierda abertzale y los socialistas retroceden posiciones de forma apreciable en ambos casos. Pero es el Partido Popular el que con carácter general sufre un desgaste más acusado, en especial en su feudo alavés. Su gestión al frente de la Diputación de este territorio no le salva de la pérdida de apoyos que sufre la formación en todo el Estado.
Además del partido de Iglesias, dos grupos menores se benefician del retroceso de los grandes. Ezker Anitza recoge, pese a Podemos, parte del voto de castigo a los socialistas. En tanto que UPyD parece en condiciones de hacer lo propio con los descontentos del PP sólo en Álava. Ciudadanos, en cambio, aparece bastante más retrasado.
Hoy por hoy lo más probable es que la papeleta del partido de Iglesias esté el 24-M en los colegios. Si al final no fuera así, no correrían peligro ni la victoria jeltzale en Bizkaia ni la de la izquierda abertzale en Gipuzkoa. En Álava, en cambio, habría un gran beneficiario, el PNV, que pasaría a ser la fuerza más votada.
A falta de cuatro meses para la cita con las urnas, el trabajo de Ikerfel constata la existencia de una importante bolsa de indecisos, que se sitúa en el 28,4% en Bizkaia, en el 32,1% en Álava y nada menos que en el 32,9% en Gipuzkoa. Ello, unido a las especiales características que rodean a Podemos –más un partido anti que a favor de algo, y del que no se conocen todavía candidatos ni programas para las forales–, invitan a la prudencia y a no descartar que se produzcan cambios, incluso profundos, en la foto que muestra el sondeo.
En estas condiciones aún resulta más arriesgado hablar de gobernabilidad. No en Bizkaia, donde Unai Rementeria tiene casi todos los boletos para recoger la makila que dejará vacante con su retirada José Luis Bilbao. Pero sí en Gipuzkoa y no digamos ya en Álava.
El fuerte retroceso que experimenta EH Bildu en su feudo guipuzcoano le complica repetir en el sillón foral, salvo que Podemos acudiera en su ayuda, y abre posibilidades al PNV. El futuro alavés todavía se dibuja más complicado. No ya para la elección de diputado general sino, y sobre todo, para la gobernabilidad del territorio en la nueva legislatura.