Cayetana Álvarez de Toledo era entrevistada en estas páginas a propósito de la aparición de su libro ‘Políticamente indeseable’ y sus opiniones fueron una carga de profundidad en el momento actual de su partido. No sale bien librado el par director, con un presidente que confiesa: “He entregado todo el poder a Teodoro”, lo que lleva a la ex portavoz parlamentaria a un argumento inatacable por vía doble: nunca se puede entregar todo el poder a una persona, y mucho menos si esa persona es Teodoro García Egea.  Cayetana ha escrito su libro con una llamada a la esperanza, con fe en la política, entre la reivindicación de la verdad y el planteamiento de la batalla cultural. Y explica que ella votó en blanco en el enjuague de la renovación del Tribunal Constitucional. ¿Cómo compatibilizar este apaño impúdico con la reivindicación de que se despolitice el CGPJ? ¿Cómo es posible que la presidenta de la Comunidad de Madrid con un apoyo popular extraordinario no sea considerada idónea para presidir el partido cuya lista encabeza?

Isabel Díaz Ayuso no ha firmado la paz en Puertollano con Casado y García Egea. Hay un problema de plazos: Ayuso quiere celebrar cuanto antes el congreso, mientras Egea lo ve hacia mediados de 2022. Muchos meses para el desgaste. De la candidata, por supuesto, pero también de Pablo Casado en su intento de sustituir a Sánchez  en el inquilinato de La Moncloa, aunque él no sea consciente de ello. Se queja Cayetana con toda razón de las filtraciones que Génova está deslizando para trabajarse la resistencia de Ayuso. Está todavía fresca en la memoria la acusación de la diputada socialista Carmen López en la Asamblea de Madrid al hermano de la presidenta de amañar contratos en los hospitales de la Comunidad para reconocer al día siguiente que no tenía prueba alguna de ello.

Elsa Gª de Blas, una periodista que ‘se encuadra en los parámetros’ de El País y que fue conceptualmente humillada por Macarena Olona en la tele, citaba a fuentes de Génova como autoras de una filtración envenenada: “Dirigentes próximos a la dirección” insisten en la necesidad de apartar a Ayuso del control orgánico, a pesar del coste: “A veces hay que tirar las maletas por la borda para que no se estrelle el avión”. Si son dirigentes, serán la dirección propiamente dicha, digo yo, y luego, un pequeño detalle: la borda es el canto superior del costado de un barco, los aviones no tienen borda, aunque eso no parecen saberlo Elsa Gª de Blas ni sus fuentes.

Ayer, Casado puso el broche al congreso de Puertollano con un discurso optimista en el que no mencionó a Cayetana, ni citó a la presidenta de la Comunidad de Madrid. Comprendo que se circunscribiera a Castilla-La Mancha para aplaudir la capacidad de gestión de Cospedal y Agustín Conde, sin mentar a la estrella rutilante que ha proporcionado a su partido el triunfo mayor de los últimos tiempos. “Nosotros a lo nuestro, vamos bien”, dijo ayer, aunque las encuestas muestran que se va parando la ventaja que le estaba sacando en anteriores encuestas al PSOE y se empeñan en señalar que necesitará el apoyo de Vox para echar a Sánchez. No sé, pero tengo para mí que este chico no llega.