Luis Ramón Arrieta Durana-El Correo

  • El Gobierno puede completar su mandato con una propuesta de regreso a nuestro país de los que tuvieron que salir en las décadas difíciles y de sus familias

El día 4, en el Foro de Expectativas Económicas, y ante más de setecientos asistentes, el lehendakari hizo un repaso de sus diez años al frente del Gobierno vasco. Nos recordó la situación de partida de su mandato, de enorme complejidad, y los años transcurridos desde entonces, que añadieron nuevos retos y grandes problemas a sus gobiernos: crisis económica, refugiados, Brexit, pandemia, guerra en Ucrania y, más recientemente, de Palestina e Israel.

En su análisis explicitó también, como elemento sustancial en su diagnóstico de la situación de nuestro país en el punto de partida de su Gobierno, la fase final del terrorismo de ETA y el enorme impacto que este tuvo. Nos recordó la fecha de 20 de octubre de 2011 con el anuncio del fin de la «actividad armada», después de «décadas de intolerancia y sufrimiento» en nuestra tierra. Pocos conocen que se trató del periodo de terrorismo más largo del mundo occidental y que duró, por ejemplo, el doble que el terrorismo en Irlanda del Norte. Nos recordó también el anuncio de la disolución de ETA y el reto que supuso para la sociedad vasca, que a él le tocaba liderar, en la tarea para construir una sociedad en paz y tolerancia. Su valoración en ese ámbito fue muy positiva y agradeció a todos el esfuerzo en ese trabajo.

En la última parte de su intervención, previa al turno de preguntas, esbozó algunos de los proyectos y líneas de acción de su Gobierno para los próximos meses, antes de las nuevas elecciones. Así, nos habló de trabajos pendientes en el campo de la salud, empleo, clúster financiero, pymes, vivienda, igualdad, Ertzaintza y cambio climático, entre otros.

Creo que Urkullu ha hecho un buen trabajo, y que su prudencia en la gestión ha supuesto estabilidad y también avances en muchos ámbitos. Sus logros, pese a las enormes dificultades, han sido evidentes, y nuestros datos comparativos así lo explicitan en muchas áreas. No obstante, y en relación a uno de los graves problemas con los que partíamos en su inicio de Gobierno, las décadas de terrorismo, creo que hay todavía dos asuntos muy importantes que resolver: el de la dimensión económica perdida, que supuso casi el 25% de nuestro PIB, y que está afectando de forma estructural al futuro de nuestra economía (como señalan muchos estudios); y el de las casi 200.000 personas que tuvieron que abandonar el país por el terrorismo.

En un artículo de hace unos meses en este mismo medio (‘El retorno de los transterrados por ETA’) recordaba los estudios y publicaciones que se han realizado sobre ese tema; desde un libro de José María Calleja de hace 25 años (‘La diáspora vasca. Historia de los condenados a irse de Euskadi por culpa del terrorismo de ETA’) hasta el último, publicado el año pasado, y coordinado por Antonio Rivera y Eduardo Mateo, ‘Transterrados. Dejar Euskadi por el terrorismo’. El propio lehendakari prologó en 2020 un libro titulado ‘Los empresarios y ETA. Una historia no contada’, que incluía también esta temática. Tenemos que recordar el impresionante número de estas víctimas, ya señalado (hoy, considerando a sus familias, serían varias decenas de miles más) y su pertenencia a todo tipo de colectivos. Recordemos que la violencia que sufrieron fue absolutamente indiscriminada, en especial en los años afectados por la estrategia de la ‘ponencia Oldartzen’ de «extensión del sufrimiento a toda la sociedad»; y que estos colectivos afectados la vivieron, en la mayoría de los casos, de forma solitaria y sin el apoyo de su entorno.

Como sociedad tenemos una enorme responsabilidad en este ámbito. Se trata de un tipo de víctimas a las que aún podemos trasladar nuestra solidaridad y, sobre todo, nuestro apoyo real. Por el tiempo transcurrido, algunos ya han fallecido, pero sus familias seguro que mantienen lazos reales y afectivos con Euskadi. Además, ya hay un camino iniciado en este trabajo. Hace unos años, el entonces lehendakari Patxi López lanzó el proyecto ‘Plan Retorno’, que supuso ese comienzo. Hoy, desde la viceconsejería de Derechos Humanos, Memoria y Cooperación del Gobierno vasco se reconoce que «existen tareas relevantes y pendientes: la clarificación del pasado, el reconocimiento y reparación de todas las víctimas».

El lehendakari nos indicó en el foro que hay importantes trabajos que culminar antes del fin de mandato del presente Gobierno. Desde el apoyo a esas iniciativas, y con el debido respeto, es menester de forma imperiosa impulsar una acción decidida, para una propuesta de vuelta a nuestro país, de todos los que tuvieron que salir en las décadas difíciles, y de sus familias.

En todo caso, eskerrik asko zure lanagatik eta zorte ona, lehendakari.