Por un puñado de hoteles

EL MUNDO – 16/12/16 – F. JIMÉNEZ LOSANTOS

· El movimiento Cristiano de Liberación es uno de esos grupos que continúan la admirable, la cincuenta y siete años heroica resistencia contra la tiranía de los Castro, uno de esos pequeños grupos, mil veces traicionados, que se juegan la vida por la libertad de Cuba mientras Willy Toledo toma mojitos en un chalé robado a un asturiano, esos cubanos de verdad y mérito a los que los esbirros de la monarquía comunista militar de los Castro apalean, repudian, escrachan, torturan y asesinan.

Sí, para gloria suya y vergüenza nuestra, ahí están esos mártires dejados de la mano de La Patachou del Vaticano, que no recibe a Tintori pero le escribe a Carmena y Colau «que le manden buena onda» (anda y que te ondule el Iscariote); ahí siguen, resistiendo, esos demócratas abandonados por el amiguito de Beyoncé y por el matasiete que acaba de nombrar secretario de Estado a un tío condecorado por el esbirro del KGB Vladimir Putin, uno de cuyos primeros actos oficiales fue poner una placa en la Lubianka en homenaje a Andropov, el asesino de Budapest, el de los psiquiátricos para poetas, el carcelero de Sajarov y tantos disidentes.

Pero ahí están, defendiendo sus derechos, que son los de cualquier ser humano, mientras los margallos, dastis y rajoyes perpetran en Bruselas la traición más infame, la sumisión más deshonrosa a la dictadura castrista y mandan a Cuba a la comisaria Mogherini a decir, porque lo ha dicho y no se le ha caído el lifting de vergüenza, que «todo está cambiando en Cuba».

Como recordaba ayer Zoe Valdés en Libertad Digital, el grafitero El Sexto está en huelga de hambre en Villa Marista, Paraíso de la Tortura, por pintar «Se fue»; el doctor Cardet fue golpeado salvajemente y encerrado en los calabozos castristas por escribir sobre Castro II; y se detiene a mansalva –Rosa Rodríguez, la penúltima– como siempre que la UE dice que algo ha cambiado en Cuba, no se lo vayan a creer los cubanos.

¿Y todo eso por qué? Dice el Movimiento Cristiano de Liberación que «sólo por un puñado de hoteles». Para mí que los palanganeros del sexo barato y los lavanderos del dinero negro, sobre todo el blanco FARC (los tres negocios de la Cuba actual), pero muy especialmente estos políticos bacinillas que trabajan para ese puñado de hoteles, antes meublés, se llevan bastante más de un puñado de dólares.