VICTORIA PREGO – EL MUNDO – 29/10/15
· Los dirigentes políticos españoles empiezan a moverse lentamente a las posiciones que a estas alturas deberían estar ya muy claras y perfectamente consolidadas en lo que se refiere a la respuesta que los partidos leales a la Constitución tendrían que estar dando ya a los secesionistas catalanes.
Bien está que el presidente del Gobierno haya almorzado ayer con el líder de la oposición y que hayan hecho público un escueto comunicado conjunto. Pero por detrás de esas pocas líneas se entrelee un grado de desconfianza recíproca que no augura nada bueno. Estamos en vísperas de unas elecciones decisivas, no sólo por razones económicas sino sobre todo por la brutal arremetida de los independentistas catalanes a la Constitución, a las leyes y a la existencia de nuestra nación. Pero las elecciones colocan necesariamente a los partidos en posiciones de confrontación.
Y es recelo lo que se atisba tras el comunicado con el que Rajoy y Sánchez han dado cuenta de su acuerdo básico para enfrentarse a la pretensión de los diputados secesionistas. Pero sucede que el país no está ahora mismo dispuesto a tolerar la menor fisura entre los constitucionalistas sobre este asunto. Es lo que dijo ayer con mucho sentido Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía, que reclamó a Rajoy que convoque a «todos» los líderes políticos de «todas» las fuerzas políticas en defensa de la ley y de la unidad de España y que lidere la respuesta de los demócratas ante el desafío secesionista. Y tiene razón porque este no es un asunto que ataña sólo al presidente del Gobierno.
Por lo tanto, lo que se le puede reclamar a Rajoy es que no sea pacato y no restrinja sus contactos políticos a sólo dos líderes. Debe llamar a todos, aunque no compartan su visión sobre cómo abordar el desafío catalán, incluso aunque esté en contra. Basta con que la formación política defienda la Constitución, el respeto a la ley como fundamento ineludible de una democracia y la unidad de España, porque resulta que los necesitamos a todos para defender unidos lo esencial.
Por eso resulta muy inquietante la actitud mantenida por los socialistas catalanes, que no quisieron ayer sumarse a la propuesta alternativa que Ciudadanos y el PP presentaron en el Parlamento catalán contra la declaración de independencia. Que no quieren alimentar el «clima de confrontación», han dicho los de Iceta. Pues eso es justamente lo que hay que alimentar una vez que la secesión está encima de la mesa: la confrontación con una propuesta enloquecida, suicida e inviable.
Ése es el terreno en el que es obligado batallar a partir de ahora. Son estas huidas las que siembran dudas sobre la unidad de los demócratas frente a la mayor amenaza a la democracia española en toda su historia, mayor incluso que la que supuso el intento de golpe de Estado del 23-F que, gracias al Rey y a otras personas, mantuvo dentro de sus cuarteles a la mayor parte del Ejército. Aquí los enemigos están en el uso del poder y se disponen a ejercerlo contra España.
VICTORIA PREGO – EL MUNDO – 29/10/15