ABC – 18/08/16
· Rajoy llamó a Sánchez y comprobó que el líder socialista «no quiere hablar» hasta que no haya fecha de investidura.
· La falta de concreción de Mariano Rajoy sobre las propuestas de Ciudadanos y su indefinición sobre la fecha de investidura, unidas al «no» reiterado del PSOE a la investidura del líder popular, enconan la situación política y avivan el bloqueo.
Así las cosas, el «gesto de responsabilidad», como lo definió el PP, de Albert Rivera (C’s) abriéndose a cambiar la abstención de su partido por un «sí» en la investidura –supeditado a la aceptación por Rajoy de seis condiciones y a fijar la fecha de la votación– corre el riesgo de no servir para nada.
Rajoy fue todo lo claro que quiso; es decir, más bien poco. Su intencionada ambigüedad le sirvió al PSOE en bandeja la excusa para justificar su propia obcecación en el «no». Y, mientras, en Ciudadanos no salían de su asombro, al comprobar cómo, tras una paciente espera de siete días, ni el presidente popular ni su Comité Ejecutivo aclaraban si aceptaban o no las seis condiciones que habían exigido. Ni les daban la más mínima pista sobre la fecha de la investidura, otra de sus condiciones. Estupefacción es la palabra que mejor definía sus sensaciones.
En realidad, Rajoy llegó al Comité Ejecutivo sabiendo ya que Sánchez no tiene ninguna intención de abrir un diálogo con él que permita allanar la investidura. Fuentes de La Moncloa explicaron a ABC que Rajoy, a través de su gabinete, llamó a Sánchez el martes, y se encontró con que el líder socialista «no quiere hablar» con el candidato del PP, hasta que no fije una fecha para la investidura. De esta manera, desde La Moncloa se aseguró que la reunión no puede ser posible.
Rajoy, «autorizado»
En un Comité Ejecutivo Nacional especialmente participativo –tomaron la palabra una decena de dirigentes territoriales–, Rajoy consiguió su objetivo: la «autorización» expresa –la palabra la acuñó él mismo– de su partido para negociar con Ciudadanos.
Rajoy agradeció el «hecho novedoso» de que Ciudadanos se abriera a una solución negociada, aunque fue extremadamente cauto sobre su resultado final: «Podría, ya veremos si esto es así, desbloquear la situación en el futuro».
Pidió la autorización para negociar con la formación naranja, sin pararse en detalles como las seis condiciones –«nadie ha dicho una palabra sobre eso», afirmó–. Es más, llegó a negar que hubiera comprometido –como hizo– someter dichas premisas a análisis y votación del Comité: «Yo nunca lo he dicho, he convocado el Comité Ejecutivo para que me autorizase a negociar», respondió a una pregunta sobre el tema. En su opinión, «lo importante es formar un gobierno», y para ello prometió trabajar hasta el final para evitar unas terceras elecciones que no se han dado nunca «desde la Segunda Guerra Mundial en ningún país de Europa porque los elegidos no fueran capaces de ponerse de acuerdo».
Además de volver a encontrarse con Rivera –algo que hará hoy mismo–, Rajoy también apuntó en dirección a Pedro Sánchez: «Procede que yo pueda tener una conversación con él». Le preguntaría –y también a Rivera– cuándo cree que debe hacerse el debate de investidura. En función de su respuesta, dejó caer, él tomará su propia decisión sobre la votación.
El líder del PP aclaró que si finalmente logra el acuerdo con Ciudadanos, contará con sus 137 escaños y los 32 del grupo de Albert Rivera. Y a ellos se podría unir el de Coalición Canaria. En total, 170, por lo que necesitaría 11 abstenciones para sumar más que los votos en contra.
El PSOE habla de «boicot»
Sin embargo, las alusiones directas de Rajoy a las once abstenciones que seguirá necesitando en caso de que el acuerdo con Ciudadanos fructifique no tuvieron efecto en el Congreso de los Diputados, donde el secretario general, Pedro Sánchez, se reunía con su cúpula más afín: la dirección del grupo parlamentario y la comisión permanente del partido. El bloqueo político fue abordado en el cónclave pero la conclusión alcanzada fue la ya sabida: que el PSOE debe mantener el camino que ha seguido hasta ahora. Esto es, su «no» a la investidura de Rajoy por motivos éticos e ideológicos.
Es más, el líder socialista reapareció ante la prensa tras quince días fuera del foco público aún más rotundo, acusando al presidente del Gobierno en funciones de «bloquear y boicotear» la democracia con su «indefinición» sobre la fecha y la celebración del debate de investidura. Una conducta que consideró «impropia» en un candidato a La Moncloa y una «tomadura de pelo para los españoles», por lo que le concedió de plazo hasta el viernes para fijar el día y la hora del debate. Para Sánchez, además, todos los movimientos realizados por Rajoy hasta ahora se resumen en un «nada» ya que no ha ofrecido, a su juicio, diálogo ni negociación sino solo una exigencia de «sumisión a todos los grupos parlamentarios para que él sea el presidente».
Ciudadanos, estupefacto
«Al PP le falta capacidad de diálogo y le sobran casos de corrupción», espetó antes de subrayar que «tan importante es que haya Gobierno como que sea limpio y ése no es el de Rajoy».
En Ciudadanos, el estado general de ánimo era de estupefacción tras la comparecencia de Rajoy, de la que es-
peraban más dentro de la formación de Albert Rivera. Sin embargo, el tono con el que ayer el vicesecretario del partido, José Manuel Villegas, salió a comparecer era de calma. No quiso ni entrar a valorar la ambigüedad de Rajoy, ni incidir en que el líder del PP quiera llamar a Pedro Sánchez para consultar una posible fecha de investidura.
Ciudadanos mantiene su mano tendida para iniciar una negociación con el PP, un ofrecimiento que a día de hoy no tiene fecha de caducidad según dijo Villegas. Eso sí, de la reunión de hoy entre Rajoy y Rivera la formación espera que el líder del PP «concrete si va a firmar ese documento de seis medidas o si no las quiere, que es otra posibilidad». Porque las seis condiciones planteadas sobre regeneración política son innegociables para Ciudadanos. «Solo aceptan un sí o un no», dijeron ayer varios dirigentes del partido.
Villegas insistió ayer en la necesidad de avanzar y desbloquear la situación política, algo que solo es posible si Rajoy «toma decisiones». Por eso, aunque Rivera se volverá a sentar en la mesa con Rajoy sin saber si acepta sus seis medidas, la negociación para la investidura no ha empezado, una cuestión que quisieron dejar muy clara ayer. Si no hay posicionamiento de Rajoy, la decisión de Ciudadanos se mantendrá: una negativa a la investidura de Rajoy en primera ronda, y una abstención técnica en la segunda votación.
ABC – 18/08/16