El PP ha conseguido la alianza del PDeCAT, antigua Convergència, y la abstención de ERC para poner en marcha en el Senado una comisión de investigación sobre las finanzas de todos los partidos políticos al objeto, aseguran, de extraer las conclusiones que permitan la adopción de medidas eficaces contra la corrupción y por la transparencia.
El marcador de votaciones fue sorprendente por cuanto, tal y como señalaron senadores de otras formaciones, se respaldaron los dos partidos que tienen más sumarios judiciales pendientes relacionados con casos de presunta financiación ilegal. Al PP le hubieran bastado sus propios votos para poner en marcha en la Cámara Alta una comisión que muchos entienden que servirá para dar respuesta, y llegado el caso contrarrestar, los efectos que pueda tener la que se ha aprobado en el Congreso con el único objetivo de investigar la caja B del PP. Sin embargo, el apoyo del PDeCAT, Foro Asturias y UPN le proporcionó una cómoda mayoría de 148 votos a favor, 89 en contra y 14 abstenciones.
Los respaldos podrían haber sido más puesto que ERC se mostró proclive a cambiar su abstención por un sí. No lo hizo finalmente porque entendieron «ambiguo» el compromiso de dar entrada en la mesa de la comisión a todas las fuerzas políticas y consensuar todas las peticiones de comparecencia que se hagan.
El posicionamiento de los grupos en este caso rompió todas las ideas preconcebidas. Mientras que los adversarios feroces del PP, los independentistas, aceptaron o se abstuvieron, los aliados fraguados al calor de los Presupuestos, Ciudadanos, PNV y Coalición Canaria, prefirieron alinearse con el PSOE y Podemos en contra de crear la comisión.
Estos grupos sospechan que el PP ha activado esta iniciativa preso de una «pataleta», como señaló Ciudadanos, por la comisión paralela que se ha aprobado en el Congreso para investigar sus finanzas. En opinión del PSOE «el ventilador se ha puesto en marcha», un símil que muchas otras fuerzas políticas también utilizaron para sugerir que tanto populares como antiguos convergentes lo que pretenden es utilizar la Cámara Alta para centrifugar sus trapos sucios mezclándolos con los de otras fuerzas políticas con sospechas menores de corrupción a sus espaldas. Y todo ello pese a que el PP presentó su propuesta asegurando que «no se trata de escarbar en ninguna herida», sino de «ver dónde están los puntos débiles del sistema».
Pocos le creyeron. Para Compromís, no hay duda de que el PP es «el partido más corrupto de Occidente»; para Ciudadanos, los populares «colectivamente» no son merecedores de «confianza», especialmente después de sus reticencias a la hora de apartar del poder al ex presidente murciano Pedro Antonio Sánchez. «Esto es», dijo su senador Francisco Javier Alegre, «el compromiso de las lentejas pero sin chorizos».
Para Coalición Canaria, los populares «tienen una herida que hay que limpiar», algo que no se puede hacer «intentando abrir heridas en los demás». En opinión del PNV, la comisión del Senado no es sino «un ajuste de cuentas» con el Congreso, en tanto que para Podemos se trata simplemente de «una farsa» y una «cortina de humo» sobre la financiación ilegal del PP.
148 Votos a favor.
Los que sumaron PP y PDeCAT, únicos partidos que apoyaron la iniciativa.