Manuel Vilas-El Correo

  • Sánchez tiene una oportunidad de oro, es hora de que hable en vasco, catalán y gallego

Todos y todas hemos recibido con alborozo y entusiasmo la liberación lingüística del Congreso de los Diputados. Por fin el catalán, el euskera y el gallego serán lenguas habituales en el Congreso, y terminará esta insoportable imposición monolingüe de usar solo el castellano. Pero hay que ir un poco más allá, no basta con esto. Se impone dar ejemplo. ¿De qué sirve que los políticos vascos hablen en vasco, los catalanes en catalán y los gallegos en gallego? Eso ya va de suyo, es lo normal. Por eso la ejemplaridad exige dar un paso más. Pedro Sánchez tiene una oportunidad de oro para dar ejemplo, para que veamos a través de su persona esa plenitud cultural de tener tantas lenguas en España. Cuando le veamos a él disfrutar de semejante riqueza, todos seguiremos su ejemplo.

Es hora de que Pedro Sánchez hable en vasco, catalán y gallego. Es lo mínimo que se puede exigir al máximo representante de la España plurinacional. Feijóo le lleva ya camino ganado, pues habla gallego y es bilingüe. En ese sentido, Feijóo ya goza plenamente de las ventajas de semejante riqueza lingüística. De hecho, Felipe VI habla todas las lenguas del Estado. Yo le he oído hablar en catalán perfectamente. El ejemplo es importante. Un título de catalán, un C1, y un B2 en vasco (el vasco tiene mayor dificultad), y otro C1 en gallego se imponen como requisitos fundamentales para ser el nuevo presidente del Gobierno.

El movimiento se demuestra andando. Yolanda Díaz tiene que estudiar vasco unas tres horas diarias, para que su encendido apoyo a la España plurinacional venga acompañado del ejemplo y de los hechos, para que la creamos. Yolanda, además, ya lleva una gran ventaja sobre Sánchez, pues habla gallego y eso debería situarla más cerca de la Presidencia del Gobierno que a Sánchez. Creo, honestamente, que una de las cosas legítimas que Puigdemont debe exigir a Sánchez son unos cursos de catalán avanzado y el compromiso de hablarlo en un máximo de un año. Si en un año Sánchez no habla catalán, Puigdemont deberá retirarle el apoyo parlamentario.

Tenemos que ir exigiendo que el nuevo Gobierno dedique dos horas diarias al estudio de nuestras lenguas. Son ellos los que tienen que motivarnos, sin su ejemplo no daremos ese paso necesario a la España plurinacional. Cuando Pedro Sánchez domine la lengua vasca estaremos en el gran momento del fin del franquismo. Porque Sánchez sigue hablando la misma lengua que hablaba Francisco Franco, y eso es inaceptable. Sánchez tiene que dar más pasos en ese sentido, la sociedad lo exige.