ALBERTO AYALA, EL CORREO – 07/04/15
· Podemos y Ciudadanos serán fenómenos pasajeros si caen en viejos tics, contradicciones e improvisaciones.
· Iglesias y Rivera han empezado en Andalucía el marcaje para ser determinantes en la política española.
El mapa político ha experimentado en los últimos meses una notoria renovación con la irrupción de dos siglas que, en principio, parecerían llamadas a tener recorrido: Podemos, en el flanco izquierdo y Ciudadanos, en el derecho.
El hecho en sí no tendría por qué resultar ni bueno ni malo ni todo lo contrario. Si los nuevos están ahí es porque los partidos tradicionales se habían habituado a hacer de su capa un sayo. A incumplir una y otra vez su contrato electoral con los ciudadanos. A invadir espacios que no les corresponden, arrumbando valores democráticos clave como la imprescindible separación de poderes. Además de porque la corrupción les ha alcanzado de pleno en sus propios cimientos.
Si los recién llegados han venido para terminar con estas prácticas, para coadyuvar a que quienes han vulnerado la ley paguen por ello, para regenerar de verdad la democracia, es previsible que encuentren un hueco y se asienten en el sistema. Si, por el contrario, caen en viejos tics, en contradicciones, o se deslizan por la improvisación, pronto serán fenómenos pasajeros.
El aviso a navegantes lo tienen bien cercano: UPyD. El partido que Rosa Díez alumbró hace solo siete años con promesas regeneracionistas amenaza con conjugarse más pronto que tarde en pasado en lugar de en futuro lastrado por errores, personalismos y una discutible democracia interna. A alguno de estos abismos empiezan a asomarse los nuevos.
Que la cúpula dirigente de Podemos vigile estrechamente el proceso de expansión territorial de la nueva formación entra dentro de lo lógico y hasta de lo exigible. Pero una cosa es evitar el desembarco de trepas y arribistas, y otra bien diferente tirar de dedazo e imponer cuadros aquí y allá, siguiendo el peor estilo del llamado ‘socialismo real’, como está ocurriendo en algunos lugares. En Euskadi las tensiones amenazan con derivar en fractura.
Tampoco están resultado ejemplares determinados comportamientos políticos. Está muy bien eso de presentarse a unas elecciones para ganarlas y terminar con las prácticas de la ‘casta’. Pero si, como ha ocurrido en Andalucía, Podemos obtiene un brillante resultado, aunque no colma sus aspiraciones, lo que no se puede hacer es semidesaparecer cuando no entrar en abierta contradicción sobre lo que van a hacer los 15 diputados electos.
Podemos –y otro tanto puede decirse de Ciudadanos, que ya ha empezado a emitir mensajes contrapuestos sobre qué hacer el día después de las elecciones locales de mayo– es muy libre de hacerse a un lado cuando no gana los comicios a los que concurre. De evitar entrar en pactos hasta las generales de final de año. O, por el contrario, de llegar a acuerdos si se cumplen determinadas condiciones.
Eso sí, debe dejar clara su posición. No decir hoy ‘a’ y mañana ‘b’. O en Sevilla ‘a’ y en Madrid ‘b’. Y ser consciente de que ninguna postura resultará inocua. Decida lo que decida, gustará a parte de sus electores y disgustará a otra. Si, además, la argumenta tendrá más posibilidades de persuadir.
Los de Iglesias no han empezado bien en Andalucía. Se hartaron de decir en campaña que con los partidos de la ‘casta’ no irían ni a heredar, convencidos de que obtendrían un resultado sobresaliente. Tras quedarse en notable y constatar la irrupción de Ciudadanos, empezaron las dudas.
Ayer reapareció el líder y, en principio, para clarificar la situación. Si el PSOE acepta sus tres condiciones –entre ellas, que Chaves y Griñán dejen sus actas de diputado y senador, respectivamente–, Susana Díaz contará con el voto de Podemos para ser reelegida presidenta. Como el candidato andaluz de C’s también ha exigido el paso atrás de los expresidentes, o los socialistas tragan o Andalucía se encaminará a unas elecciones anticipadas.
El pulso está echado. Veremos si alguien cede, si salta alguna sorpresa o si se repiten las elecciones. Y llegado este caso, qué opina el electorado. A quien premia y a quien castiga.
Podemos y Ciudadanos, Iglesias y Rivera, han empezado el marcaje para ser determinantes en la política española.
ALBERTO AYALA, EL CORREO – 07/04/15