Presos de Nanclares culpan a «comisarios políticos» de impedir la reinserción

DIARIO VASCO, 10/6/12

Aseguran que «ese sector» de la izquierda abertzale redactó el comunicado del EPPK. Caride Simón, Pikabea y Urrosolo critican a los que están en «cómodos despachos sin cerrojos, viven bien y duermen a diario en sus casas»

Tres destacados presos acogidos a la llamada vía Nanclares cargan contra el último comunicado del EPPK, el colectivo de presos de ETA. A través de una carta a la que ha tenido acceso este periódico, Rafael Caride Simón, Kepa Pikabea y Joseba Urrosolo Sistiaga culpan a «comisarios políticos» de la izquierda abertzale de dificultar el acercamiento o la salida de la cárcel de los reclusos de la organización terrorista. Asimismo, acusan a ese «sector» de la izquierda abertzale de «engañar a los presos y a los familiares». Es más, aseguran que el último comunicado del EPPK no fue escrito por los presos de ETA -a quienes dejan al margen de su crítica-, sino «desde cómodos despachos que no tienen cerrojos y por comisarios políticos que viven bien y duermen a diario en sus casa».

EXTRACTOS DE LA CARTA ‘COMISARIOS POLÍTICOS DESDE SUS BUFETES’
«Embarrar el terreno». «Hace un mes el grupo de Comisarios Políticos que dirige desde la calle el ‘Colectivo de presos’ intentaba añadir intencionadamente más cerrojos a las puertas de los presos, de todos los presos, mediante un comunicado en el que descalificaban la llamada ‘vía Nanclares’ en términos de arrepentimiento-delación. Lo preocupante es que ese comunicado, redactado apresuradamente en nombre del EPPK con la intención de embarrar más el terreno, no estaba escrito por los presos sino desde cómodos despachos que no tienen cerrojos y por comisarios políticos que viven bien».
«No ha habido delación». «Saben que aquí no ha habido delación, saben lo que pensamos y los pasos que hemos dado, saben la verdad, y así y todo lo manipulan. Les encanta utilizar la etiqueta de arrepentidos porque con eso impiden que otros presos se salgan de la vía que ellos imponen. Son las mismas personas que, a los días de la tregua de ETA del 2006 y cuando en la calle aún se notaba la alegría de la gente, iban por los locutorios de las cárceles diciendo a los presos que si pensaban que ese proceso suponía el fin de la lucha armada se equivocaban, que no se podía seguir sin la lucha armada».
«Alargar el sufrimiento». «Son responsables, entre otros, de que ETA haya tenido que dejar la lucha armada sin conseguir nada, nada de lo que pretendíamos, nada más que alargar el sufrimiento, y con 700 presos en las cárceles que están cumpliendo íntegras condenas de 30 años».
«Sector minoritario». «Aquí el problema ha sido que ese sector minoritario ha seguido controlándolo todo hasta que desde Batasuna decidieron hacer su propio camino e imponerse ante los que lo impedían. Desde entonces, ese sector de comisarios políticos solo controla el colectivo de presos y lo hace de manera inhumana, engañando a los presos y sus familiares, que si supieran la verdad de cómo andan y las oportunidades que deliberadamente han dejado pasar no les perdonarían nunca».
Comunicado del EPPK. «No nos referimos a los presos (…) Nos referimos a los Comisarios políticos que lo redactaron, a los que en lugar de asumir algo tan simple y tan evidente como ‘reconocemos el daño que hemos causado’, juegan con los conceptos para decir ‘No nos negamos a reconocer que el conflicto ha generado perjudicados y víctimas’, siendo conscientes de que un texto de ese tipo no ayuda a solucionar el problema de los presos sino que genera aún más frustración».
«Resultados electorales». «Después de 35 años de tanto sufrimiento, que hemos generado y hemos tenido, hace falta más sensatez para solucionar la difícil situación de los presos. Y esta no se edulcora con unos resultados electorales que en los años 87-89 eran más favorables a una acumulación de sectores de izquierda soberanista. Hacerlo ahora, 25 años después, con una política institucional normalita y más cercana a la de EA que a la de HB, está bien pero tampoco es como para echar cohetes, sobre todo desde las cárceles».
«Estarían en casa». «Tenemos el convencimiento de que si hace dos años los comisarios políticos, y algunos más, hubieran actuado de otra manera, muchos presos podrían estar ya en las cárceles de Euskal Herria, muchos estarían en casa, otros saliendo de permiso y tendríamos un clima más positivo en la sociedad para afrontar las situaciones más complicadas».
«Mienten y manipulan» . «No estamos dispuestos a aceptar es que ese grupo de Comisarios Políticos nos pongan en cuestión mintiendo y manipulando la realidad. Esos que durante más de 30 años no han hecho mas que acumular frustraciones, oportunidades perdidas, años de cárcel para los presos y que no tienen otro mérito que el de haber sobrevivido a todos sus fracasos, una y otra vez, a costa del sufrimiento de los demás. Y más, cuando sabemos los motivos de la diferencia de trato que desde el estado se ha aplicado en sus casos y en el de Bateragune. A estos cárcel y a los comisarios políticos vía libre para que sigan creando más frustración entre los presos y en la sociedad».

El comunicado del EPPK dado a conocer el pasado sábado causó decepción entre los gobiernos vasco y central y la mayoría de los partidos, después de que días antes la propia izquierda abertzale alentara la expectativa de que los presos de ETA pudieran acogerse a salidas individuales en un «anuncio histórico». Nada de esto sucedió. En su lugar, en el comunicado, el EPPK rechazó el plan de de reinserción del Gobierno y reclamó la amnistía y la autodeterminación. Además, remarcó que el «arrepentimiento-delación no es más que una vía diseñada para al destrucción de la persona y del militante», en velada crítica a los reclusos de Nanclares.

La carta remitida desde la cárcel alavesa está firmada por tres históricos exdirigentes de ETA, desvinculados con la organización. En concreto, suscriben la misiva Rafael Caride Simón, condenado a 790 años por el atentado de Hipercor, y que recientemente ha solicitado un encuentro con una de las víctimas de ese atentado; Kepa Pikabea Ugalde, ex miembro de los comandos Donosti y Goierri y exjefe de los comandos legales hasta 1993; y Joseba Urrosolo Sistiaga, que perteneció al comando Madrid y fue condenado por 16 asesinatos.

En la carta los tres reclusos de Nanclares arremeten con inusitada dureza contra un sector de la izquierda abertzale, a quien consideran responsable de controlar a los presos, y al que diferencian de la actual dirección de Batasuna.

«Desde sus bufetes»

La misiva se titula ‘Comisarios políticos desde sus bufetes’. De este encabezamiento y de su contenido se puede deducir, según fuentes consultadas, que los reclusos firmantes se estarían refiriendo a abogados que habitualmente representan a presos de ETA. Así, critican el doble rasero que ha envuelto la actuación de estos «comisarios políticos» en determinadas situaciones. «Sabemos los motivos de la diferencia de trato que desde el Estado se ha aplicado en sus casos y en el de Bateragune. A estos cárcel y a los comisarios políticos vía libre para que sigan creando más frustración entre los presos y en la sociedad», señalan.

No obstante, los reclusos firmantes aseguran que esos «comisarios políticos» forman parte de «un sector minoritario» dentro de la izquierda abertzale que «ha seguido controlándolo todo hasta que desde Batasuna decidieron hacer su propio camino e imponerse ante los que lo impedían».

Según sostienen, desde entonces, «ese sector de comisarios políticos solo controla el colectivo de presos y lo hace de manera inhumana, engañando a los presos y sus familiares que, si supieran la verdad de cómo andan y las oportunidades que deliberadamente han dejado pasar, no les perdonarían nunca».

De hecho, aseguran que la intermediación de ese grupo de «comisarios políticos» habría dificultado la excarcelación de presos. «Tenemos el convencimiento de que si hace dos años los comisarios políticos y algunos más, hubieran actuado de otra manera, muchos presos podrían estar ya en las cárceles de Euskal Herria, muchos estarían en casa, otros saliendo de permiso y tendríamos un clima más positivo en la sociedad para afrontar las situaciones más complicadas».

Como ejemplo, Urrosolo, Caride y Pikabea hacen referencia a la vía Nanclares a la que ellos se acogieron y explican que hace más de dos años el Gobierno «planteó la posibilidad de dar pasos y buscar soluciones en el marco de la legalidad, fundamentalmente en base a comprometerse a dejar la lucha armada y reconocer el dolor causado».

Según aseguran, lo que ellos aceptaron al acogerse a este camino «fue un planteamiento que, en el tema de los presos, nos parecía sensato. Lo hicimos no solamente por coherencia personal, también como una aportación para abrir un camino por el que más tarde o más temprano iban a transitar el resto de presos».

Por este motivo, acusan a esos «comisarios políticos» de haber impedido que otros reclusos se acogieran a la vía Nanclares. Denuncian que «durante más de 30 años no han hecho más que acumular frustraciones, oportunidades perdidas, años de cárcel para los presos y que no tienen otro mérito que el de haber sobrevivido a todos sus fracasos a costa del sufrimiento de los demás».

En este sentido, los presos de Nanclares recuerdan que desde la amnistía de 1977 hasta hoy, salvo los presos de ETA p.m. en el 82 «a los que tratamos de liquidacionistas, arrepentidos, traidores»…, ningún recluso ha salido de forma colectiva. «Todos han salido de la cárcel en función de su situación personal, cumpliendo la condena que cada uno tenía, pagando la fianza que en cada caso les ponían», señalan.

Asimismo, los presos disidentes hacen referencia al nuevo planteamiento del Gobierno del PP que pide que cada preso se desvincule previamente de la lucha armada para que haya acercamientos. «No vamos a ser nosotros, que conocemos cómo está el panorama, los que digamos si se han suavizado o se han endurecido las condiciones», aseguran, para reconocer después que la situación de los presos se «ha enconado» cada vez más. «El resultado es que si no quieres taza, taza y media», añaden.

En la carta, Urrosolo, Caride y Pikabea critican además que el último comunicado del EPPK se descalifique la vía Nanclares «en términos de arrepentimiento-delación» y defienden que en su caso no hubo delación. En este sentido, aluden a los procesos de fin de la violencia vividos en Italia y el de Irlanda. Recuerdan que el primero se desarrolló, sobre todo, durante la década de los setenta y principios de los ochenta. El grupo más representativo fueron las Brigadas Rojas. Varios de sus miembros iniciaron un proceso denominado de «disociación», basado en el rechazo de la violencia sin colaborar con la Justicia en delaciones, y que, precisamente, inspiró la vía Nanclares.

En la carta también hay referencias a Irlanda y a las escisiones del IRA por los sectores más radicales opuestos al proceso de paz. «Llegaron a tratar de traidores a Gerry Adams y Martin McGuinness», recuerdan.

Por último, la misiva quiere dejar claro que sus críticas no se refieren a los presos del EPPK, sino a los «comisarios políticos». «En lugar de asumir -en el comunicado- algo tan simple y tan evidente como ‘reconocemos el daño que hemos causado’ juegan con los conceptos para decir ‘No nos negamos a reconocer que el conflicto ha generado perjudicados y víctimas’, siendo conscientes de que un texto de ese tipo no ayuda a solucionar el problema de los presos y genera frustración».

DIARIO VASCO, 10/6/12