EL CORREO – 25/04/15
· Acudieron a la representación de una obra teatral que recrea los encuentros restaurativos que tuvieron lugar en la cárcel de Nanclares.
Cuatro disidentes de ETA, tres de ellos presos con permiso penitenciario, y víctimas del terrorismo compartieron ayer patio de butacas en el teatro Coliseo de Eibar. El reencuentro, por primera vez público, lo propició la representación de la obra ‘La mirada del otro’, del grupo madrileño Proyecto 43-2, que documenta, de modo pedagógico, las entrevistas que tuvieron lugar en 2011 en la prisión de Nanclares entre víctimas de ETA y presos críticos con la banda terrorista.
Joseba Urrosolo Sistiaga, recién salido de la cárcel para disfrutar de los seis días de permiso que la ha concedido el Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria, junto a los también presos Ibon Etxezarreta, Luis Carrasco y el exrecluso Fernando de Luis Astarloa, en libertad desde 2012, se vieron cara a cara con Maixabel Lasa, exdirectora de la Oficina de Víctimas del Terrorismo del Gobierno Vasco, Josu Elespe, Iñaki García Arrizabalaga, Carmen Hernández y Mariló Pérez. Ninguno de los exmiembros de ETA quiso hacer declaraciones.
Los protagonistas de aquellos encuentros coincidieron primero en un bar cercano al teatro. Saludos protocolarios y algún «¿qué tal, cómo va?» sirvieron para romper el hielo. No todos se conocían, algunos solo de verles en la televisión. Hablaron algunos minutos y cuando se acercaba la hora del estreno en Euskadi de la obra se encaminaron juntos hacia al teatro. Víctimas y presos entremezclados.
Al alzarse el telón, el escenario recrea una sala de la cárcel, con dos mesas y tres sillas, muy similar al lugar en el que se vivieron los encuentros restaurativos entre la víctima y los presos ayudados por un mediador. Y allí sus ojos se sitúan frente a los ojos del otro. Se trata de una representación de las entrevistas que en las que tomaron parte los denominados reclusos de la vía Nanclares, un proceso que impulsó el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y que hoy se encuentra «bloqueado».
La obra está dirigida por Chani Martín, y hasta ahora ha sido estrenada y solo representada en Madrid Su autora es María San Miguel, actriz también de Proyecto 43-2 junto a Ruth Cabeza y Pablo Rodríguez. En escena, Estíbaliz (María San Miguel), hija de un concejal asesinado por ETA, se sienta frente a Aitor (Pablo Rodríguez), el asesino, ante la presencia de la persona que ejerce de mediadora (Ruth Cabezas). En los encuentros restaurativos el papel de los mediadores fue fundamental para que víctimas Maixabel Lasa, viuda del socialista Juan Mari Jáuregui, asesinado por ETA en 2000 en Tolosa; o Josu Elespe, hijo del concejal del PSE de Lasarte-Oria también víctima de un atentado etarra en 2001, e Iñaki García Arrizabalaga, a cuyo padre mataron los Comandos Autónomos Anticapitalistas en 1980, aceptaran escuchar a quienes desde la cárcel habían renegado de su pasado en ETA.
Con Xabier Etxebarria
Presos y víctimas estuvieron acompañados por el abogado Xabier Etxebarria, profesor de la UPV y uno de los promotores de los encuentros, quien explicó que los etarras disidentes acudían a Eibar expectantes pero «más que por la obra en sí, por la oportunidad de volverse a reencontrar con las víctimas». Al término de la representación, se pudieron reunir con los actores en el mismo teatro y compartir un vino y más de una confidencia.
Etxebarria, que ya conocía la representación de ‘La mirada del otro’ en su estreno en el festival Surge de la Comunidad de Madrid, destacó que la compañía teatral ha conseguido recoger muy bien «la esencia de los encuentros con un tono que tiene que ser difícil de encontrar». El abogado aseguró que estos reclusos esperan que la obra de teatro, que es en definitiva «una herramienta para el diálogo y la reflexión sobre el conflicto vasco en pos de la convivencia pacífica y el fomento de la cultura de la paz», sirva como impulso a la denominada vía Nanclares, hoy bloqueada. «Estos reclusos tienen una sensación de decepción por el parón en que se encuentra todo», remarcó Etxebarria.
EL CORREO – 25/04/15