TONIA ETXARRI-EL CORREO

Con el desembarco de EH Bildu en el club de socios preferentes de Pedro Sánchez, el PNV se siente algo desplazado de los jardines de La Moncloa. Ve que sus seis escaños en el Congreso ya no son imprescindibles. Que de esa condición, precisamente, están haciendo gala en el grupo de Otegi, que se saben decisivos desde que han forjado ese tándem con ERC en el que tanto se empeñó Pablo Iglesias el año pasado. Entonces, Bildu proclamó que su misión en el Congreso era «tumbar definitivamente el régimen». Fue en una intervención en el Parlamento de Vitoria donde el líder de Sortu dijo que ellos iban a Madrid a arrancar derechos sociales mientras que el PNV iba a mendigar vacaciones fiscales. Lo cierto es que al PNV no le está yendo tan mal (ha logrado sacar ya 44 enmiendas) aunque les cunda poco en el escaparate y Bildu les haya puesto vetos. Estirarán la cuerda. Hasta el Senado si es preciso esperando un buen resultado para las obras de Alta Velocidad. Para recuperar protagonismo y, sobre todo, influencia.

El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, llamó ayer a Aitor Esteban, en plena rueda de prensa del portavoz nacionalista, a fin de amarrar la negociación con el PNV. Pero, de momento, Sánchez ya sabe que su nave va sólo con ERC y EH Bildu. Pero si llega a cerrar el círculo con el PNV, que lo cerrará, tendrá una mayoría de 188 escaños.

Los pactos sobrevuelan a través de un intercambiador entre La Moncloa y ERC con distintivo VIP y proyección en las alianzas catalanas. Los secesionistas no persiguen otra cosa que ir acumulando poder a base de vaciar al Estado con el consentimiento y entrega de un presidente del Gobierno sin escrúpulos.

Aparte de la cuota de las lenguas cooficiales en las plataformas televisivas donde jóvenes y maduros devoran series en castellano, la medalla que se cuelga ERC es que la vieja comisaría de Layetana se irá pudriendo en vez de mejorar sus deterioradas instalaciones. Ideología a cambio del ‘sí’ a las Cuentas. El ‘Juego del Calamar’ se podrá ver en catalán o euskera para que la gente no huya de los canales públicos donde se adoctrina sin disimulo.

El tiempo nos irá desvelando la trastienda del intercambio de Sánchez con sus aliados. O nos lo contará el propio Otegi cuando se justifique con los suyos. La salida de tono del diputado Odón Elorza ayer en el Congreso llamando miserables al PP, Ciudadanos y Vox por afear los pactos con Bildu fue un ataque para defenderse y limpiar su conciencia. Una vez blanqueada EH Bildu por el propio Gobierno, Elorza no ve a amigos de ETA en el Congreso ni golpistas secesionistas. Solo ve franquistas y unas derechas ultras. ETA no está en el hemiciclo pero Franco, por lo visto, sí. Qué despropósito.