EL CORREO 15/04/15
· Los socialistas no ven irregular que la firma del exlíder alavés hiciese obras por 70.000 euros, unos trabajos denunciados ante la Fiscalía
Desde la página 1 Los socialistas vascos vieron ayer de nuevo cómo un episodio del pasado les condiciona su estrategia actual. El PSE había convocado una rueda de prensa en la que Idoia Mendia iba a explicar su posición sobre algunas cuestiones de calado político –reforma de la LTH, salida de la crisis, gestión del Gobierno vasco, del PP…–. La secretaria general salió arropada por varios miembros de su ejecutiva y otros cargos del partido. Pero todo su discurso y las preguntas posteriores quedaron eclipsadas por otra noticia: que Txarli Prieto había contratado a su propia empresa para reformar varias sedes socialistas de Álava mientras él estaba al frente del partido en este territorio. Ambos lo confirmaron, pero rechazaron que fuese irregular y argumentaron que el terrorismo de ETA obligaba por «seguridad» a recurrir a sociedades «de confianza».
El PSE alavés habría otorgado las obras para mejorar la seguridad en las sedes de Ribabellosa, Amurrio, Labastida, Llodio y Salvatierra a Escoiba, la firma que Prieto creó junto con su hermano a principios de los noventa dedicada a la restauración y mantenimiento de edificios, y de la que ya está desvinculado.
La relación empresarial entre Prieto y el PSE habría comenzado una década después, a principios de la década de 2000, cuando por aquel entonces era juntero. No fue hasta 2005 cuando alcanzó la secretaría general del PSE alavés.
Hace justo un mes, la Fiscalía de Álava recibió una denuncia anónima en la que se ponía en tela de juicio varios contratos realizados en 2010 y 2011. El valor de los mismos rondaría los 70.000 euros. A la espera de lo que pueda decidir el Ministerio Público sobre abrir una investigación o no, el contenido fue desvelado por la ‘Ser’.
«Más de 15 años»
La noticia reventó la agenda del PSE. Antes de que Mendia compareciese ante los periodistas, lo hizo Prieto. No desmintió la información. Confirmó que Escoiba había realizado trabajos en diferentes sedes «durante más de 15 años» con «absoluta normalidad» y ateniéndose «a los criterios que se pedían». Y vinculó todas esas obras a la amenaza terrorista. Prieto recordó que durante aquella época «la amenaza de ETA» era enorme y que muchos locales del PSE tuvieron que protegerse para evitar atentados. Y, según recalcó, «no parecía muy razonable que sedes que estaban expuestas a la inseguridad por la acción del terrorismo alegremente quisieran contratar con quien no tuvieran confianza». «Era la empresa de urgencia y de confianza a la que se acudía y que daba esa seguridad al partido en esa delicada situación», razonó Prieto, a quien se le preguntó si, más allá del recorrido judicial que pueda tener la denuncia, le parecía ético que el PSE contratase a la empresa del secretario general.
«Lo que no me parece ético es que hayamos tenido que estar en plena democracia trabajando por la seguridad de nuestras sedes porque las atacaban, ni que yo tuviera que ir escoltado por la Ertzaina y las Fuerzas de Seguridad del Estado para hacer el seguimiento de esas obras», señaló contundente Prieto.
La versión posterior de Mendia fue en la misma línea. La secretaria general no sólo no cuestionó la actuación de Prieto, sino que la defendió. Afirmó que el PSE, «como otros partidos, sufría los embates del terrorismo» y, por ello, tuvo que adoptar «medidas de seguridad durante muchísimos años» en las sedes. Asimismo, insistió en que «no era fácil contratar» con empresas «ajenas a los entornos» de la formación y que «por razones de confidencialidad y de seguridad misma tampoco podías contratar a cualquiera». «Eran tiempos difíciles. No se puede mirar el año 2000 o el año 2009 con ojos del 2015», subrayó.
Mendia, además, aseguró que «no existe ninguna incompatibilidad» en los contratos del PSE, que puede «contratar con quien quiera». La líder del PSE, que lleva en el cargo desde el pasado septiembre, indicó que Prieto había trabajado en esa empresa «toda la vida» y que había estado «viviendo» de ella hasta que en 2009 entró en el Parlamento.
«Muy fácil hablar»
Los socialistas hicieron ayer hincapié en dos puntos. El primero, al que ya se había referido Mendia, es que no es ilegal que el PSE contratase a la empresa Escoiba para realizar unas obras en sus propias sedes. Es decir, sería una cuestión de organización administrativa interna. En este sentido, portavoces autorizados se mostraron convencidos de que la Fiscalía optará por archivar la denuncia y que el caso morirá antes de arrancar judicialmente.
El segundo aspecto en el que incidieron fue en intentar contextualizar la contratación de las obras. «Ahora es muy fácil hablar, pero estamos hablando de una época en la que nos quemaban las sedes y todavía no estaba claro que ETA fuese a dejar las armas. No todas las empresas querían meterse en ese asunto», recuerda un dirigente buen conocedor de aquellos momentos.
Como bien recalcó Prieto, las reformas no se hicieron a espaldas del partido. Contaban con el aval de los máximos responsables del PSE. De hecho, los socialistas se esforzaron en recalcar que no se trata de ningún caso de corrupción y que, en todo caso, «sí puede haber un problema estético».
Fuentes de la actual dirección, subrayaron, en todo caso, que Prieto se habría mostrado reticente a hacer aquellos trabajos, y que fueron sus propios compañeros los que le insistieron para que los realizase. Incluso, aseguran que Prieto no habría ganado dinero con estas operaciones.