EL MUNDO 25/10/13
· La Audiencia de Barcelona lo libera sin esperar al criterio del Tribunal Supremo.
· Condenado a un total de 250 años de prisión, debía permanecer entre rejas hasta 2025.
Tras 18 años en prisión, el criminal Antonio García Carbonell abandonó ayer el centro penitenciario de Quatre Camins (Barcelona) donde estaba recluido por múltiples violaciones y robos. La Audiencia de Barcelona estimó el escrito presentado por los abogados del preso, que pedían su puesta en libertad inmediata de acuerdo con los argumentos esgrimidos por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) de Estrasburgo al anular la doctrina Parot en el caso de la etarra Inés del Río.
De esta forma, García Carbonell se convierte en el primer preso que consigue la libertad de acuerdo con la resolución de Estrasburgo sin estar condenado por delitos de terrorismo. El mismo camino podrían seguirlo en próximas fechas reclusos de altísima peligrosidad social como Miguel Ricart –que asesinó a las niñas de Alcácer tras crueles torturas– o el violador del Eixample.
García Carbonell fue condenado en 1996 a 230 años de cárcel por varios delitos de robo, detención ilegal y violación, aunque debía cumplir un máximo de 30 años. Incluso en el año 1999 recayó sobre él una nueva condena, de 20 años de prisión, por otros crímenes. La pena añadida se refundió con la que estaba cumpliendo y la Audiencia de Barcelona avaló su puesta en libertad a mediados de 2011: la legislación le permitió beneficiarse de reducciones importantes de la pena por su buen comportamiento en la cárcel y por los trabajos que desempeñó durante la reclusión.
Sin embargo, cuando quedaban dos años para su excarcelación, en 2009, la Fiscalía instó la aplicación a su caso de la doctrina Parot, como ocurrió con otros condenados que estaban a punto de dejar la prisión tras cumplir la pena y se consideraba que podrían resultar peligrosos por el tipo de delito que habían cometido o su riesgo de reincidencia. La Audiencia accedió. Su nueva fecha de licenciamiento era el lejano 2025.
Después de conocerse la decisión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) el pasado lunes, los abogados de García Carbonell, Fermín Gavilán y Silvia Peñas, solicitaron su liberación inmediata, destacando en su escrito que la decisión sobre la etarra Inés del Río también «es plenamente aplicable en este caso». Destacaron que el interno había permanecido en prisión desde 1995 y que, durante ese tiempo, no había tenido ni un permiso ni una salida programada. También señalaron el nulo riesgo de reincidencia del recluso por su avanzada edad, 76 años, y los problemas de salud que sufre.
El tribunal de la Sección Penal Quinta ordenó ayer mismo la puesta en libertad del preso tras escuchar a la Fiscalía, que no se opuso a la petición. La Audiencia barcelonesa no ha esperado para tomar su decisión sobre García Carbonell a conocer el criterio que, al respecto, decidirá próximamente el Tribunal Supremo. Los letrados del ya ex preso explicaron en declaraciones a EL MUNDO que están «satisfechos» y que tanto la resolución como el informe de la Fiscalía «fueron rápidos y de un respeto constitucional absoluto».
La primera condena a García Carbonell se remonta a 1996 y sumó 230 años de cárcel, entre penas de prisión menor y mayor, por varios delitos de agresión sexual, detención ilegal, robo con violencia y faltas de lesiones. La Audiencia de Barcelona consideró que era responsable, junto a cómplices no identificados, de varios ataques a parejas en descampados, a altas horas de la noche, en varias localidades del área metropolitana de Barcelona.
La sentencia valoró la intimidación que sufrieron las víctimas, a las que amenazó con un objeto contundente para conseguir dinero. También retuvo contra su voluntad a algunas parejas, las golpeó y, en la mayoría de ocasiones, llegó a violar a las mujeres. El tribunal acreditó seis ataques entre marzo y junio de 1995.
Pese a ser condenado a una pena muy alta, el tribunal acordó que el preso debería cumplir un máximo de 30 años entre rejas, aplicándosele el Código Penal de aquella época.
En 1999, García Carbonell volvió a ser juzgado y condenado en la Audiencia de Barcelona por unos hechos similares. La nueva sentencia le consideró responsable del ataque a una pareja en 1991 en una zona boscosa de Olesa de Montserrat (Barcelona) junto con un cómplice no identificado. La forma de actuar fue la misma: los retuvo contra su voluntad, les robó el dinero y agredió al hombre que quedó semiinconsciente; después, aprovechó para violar y golpear a la mujer, y después vigiló cuando su cómplice hizo lo mismo.
En el juicio, el preso reconoció los hechos y se conformó con una pena de 20 años de cárcel, ya que con la legislación vigente se le refundía con la que ya estaba cumpliendo y, en resumidas cuentas, no iba a prolongar un sólo día la condena por la que había ingresado en prisión.
EL MUNDO 25/10/13