JOSÉ MARÍA CARRASCAL, ABC 09/10/13
· El problema catalán es muy serio. Pero precisamente por eso no puede afrontarse con remedios caseros, paños calientes y mentiras.
Que la situación catalana está mal lo demuestra que las tesis nacionalistas han sido adoptadas, no ya por el común de aquella población, sometida durante décadas a un concienzudo lavado de cerebro, o por los socialistas catalanes, que hace años se rindieron a ellas, sino por los mismos populares, cuya líder se presentó en la central madrileña del PP a exponerlas, totalmente convencida, además, que es lo más grave, pues esas tesis se fundan en tres mentiras más altas que el Tibidabo: que España les roba, que Cataluña merece un trato político-económico especial y que todos los problemas entre Cataluña y España se solucionarían concediéndoselo.
Alicia Sánchez-Camacho, que lleva camino de convertirse en Alicia en el país de las maravillas, defiende una fiscalidad especial para Cataluña, poner límites a los fondos de solidaridad y que seamos felices, comiendo perdices. Con lo que, sin querer, se ha convertido en otro Pere Navarro, con la única diferencia de que el líder de los socialistas catalanes se rindió hace ya mucho tiempo. Les une que encuentran muchas dificultades en venderlo a sus correligionarios del resto de España.
No se trata de perspectivas distintas. Es que sus tesis son la versión aguada de las nacionalistas, inadmisibles para los partidos nacionales, inconstitucionales a ojos vistas y más falsas que un billete de dos euros. No es España la que está robando a los catalanes. Son sus políticos los que vienen haciéndolo desde que ocuparon el poder que ahora pretenden acaparar para no tener problemas con la Justicia. Tampoco Cataluña merece un trato especial, porque nadie lo merece en una democracia. La democracia es precisamente eso: todos los ciudadanos son iguales ante la ley. Y si lo son los ciudadanos, más lo son los territorios, que dejaron de tener privilegios cuando se acabó el viejo régimen. ¿O es que quiere restablecerse? Por último, esas concesiones no arreglarían nada. Al revés, darían alas al nacionalismo, al confirmar sus tesis.
¿Qué hacer entonces? Precisamente porque la situación es muy grave, no puede tratarse con remedios caseros ni paños calientes. Hay que hacerle frente tal cual es, lo que no significa apelar a la fuerza, sino a la realidad, al sentido común y a la ley. Esta situación no la ha creado Rajoy, ni el PP ni España. La han creado los nacionalistas catalanes, saltándose todas las normas económicas, políticas y legales. Son ellos quienes tienen que recomponerla, no nosotros, como pretenden sus terminales mediáticas. No se puede salvar a alguien que se empeña en hundirse cada vez más. No se puede encontrar un encaje de Cataluña en España si los nacionalistas catalanes no quiere encajarse y, encima, piden que se les den los medios para conseguirlo. No se puede, en fin, convencer al rival, dándole la razón, que es lo que ha venido haciendo el PSC y ahora parece querer hacer el PPC.
JOSÉ MARÍA CARRASCAL, ABC 09/10/13