PSE y PP recelan del nuevo intento del Gobierno vasco de implicarles en la paz

EL CORREO 02/07/14

· Socialistas y populares insisten en que no regresarán a la ponencia ni a ningún foro que pretenda «suplantarla» mientras Sortu no asuma el ‘suelo ético’

El «esfuerzo de concertación» que Iñigo Urkullu reclamó el lunes a PSE y PP para implicarse en la ‘hoja de ruta’ que su Gobierno ha diseñado para cerrar definitivamente el capítulo terrorista en Euskadi no llegará, de momento. No, al menos, como al lehendakari y a su secretario de Paz y Convivencia, Jonan Fernández, les gustaría. El Ejecutivo de Vitoria pretende, por enésima vez, trabar un mínimo consenso que permita reactivar tras las vacaciones de verano la ponencia de paz del Parlamento vasco. El foro permanece en ‘stand by’ desde que el PSE decidió abandonarlo en septiembre pasado al considerar que no se daban las condiciones para mantenerlo activo mientras la izquierda abertzale no asumiera de forma pública y explícita el llamado ‘suelo ético’ que permitió constituirlo.

· Los esfuerzos del Ejecutivo:  Jonan Fernández celebrará mañana una cita, en principio de perfil bajo, con todos los grupos
· Puertas cerradas: 
El PSE descarta que tras el congreso pueda cambiar su posición y el PP da por «muerta» la ponencia

Cuando desde Lehendakaritza se pretende dar un nuevo impulso a la estrategia de pacificación, con el convencimiento de que podría haber novedades sobre el desarme de ETA antes de fin de año, socialistas y populares no están dispuestos a dejarse «enredar» para participar en la ponencia o en órganos «paralelos» que pretendan «suplantarla» mientras Sortu no reconozca abiertamente que «la violencia nunca tuvo justificación ni sentido». «La posición del PSE es la misma que hace diez meses y seguirá siendo la misma en septiembre», enfatizan desde la ejecutiva, que echa así por tierra las esperanzas de Lehendakaritza y del PNV de que la renovada dirección que saldrá del próximo congreso de los socialistas vascos pueda imprimir un nuevo rumbo a su estrategia respecto al plan de paz y la ponencia. No será el caso. «Los principios son los mismos, esté una ejecutiva u otra», recalcan. También el PP vasco es muy crítico con el lehendakari, al que reprocha que mire «de reojo» a la izquierda abertzale en lugar de basar el fin de ETA en un gran acuerdo con PSE y PP y que reclame su regreso a la ponencia mientras despliega un «ataque continuo» contra los populares y pone en cuestión la voluntad de Mariano Rajoy de abordar el fin de ETA.

Pero el lehendakari ya ha advertido de que la ‘hoja de ruta’ de su Gabinete –con la que, según recelan PSE y PP, solo pretendería buscar un papel central «que le coloque en el medio, como Jesucristo entre los ladrones»– no dejará de lado a ninguna de las cuatro grandes tradiciones políticas del país, cuya «confluencia» en un acuerdo básico persigue. «Hay que habilitar una plaza pública en la que los cuatro tengan su espacio», instó el lunes en la inauguración de un curso de verano de la Universidad Complutense de Madrid sobre los retos pendientes tras el cese de la violencia terrorista. Un debate académico patrocinado por la secretaría de Paz y Convivencia que demuestra, por sí solo, el interés de Fernández y su equipo por situar de nuevo su labor en primer plano, tras meses de vacío informativo propiciados por el fiasco del nimio desarme de ETA en febrero.

En todo caso, Urkullu y el excoordinador de Elkarri son conscientes de la dificultad de poner en marcha de nuevo la ponencia sin que el contexto que propició su parálisis haya cambiado en lo sustancial. El propio lehendakari, admitió, en una entrevista publicada el pasado domingo en EL CORREO, que urge un pronunciamiento «nítido» y «exclusivo» de la izquierda abertzale sobre el daño injusto causado para que PSE y PP dejen de utilizar su silencio como «excusa».

En ese contexto se enmarcan los esfuerzos del secretario de Paz y Convivencia por convocar una reunión, que finalmente se celebrará mañana en Vitoria, para tratar de reactivar un foro que, recalcan los populares, está «muerto y sin posibilidad de resucitar». Quizás por eso desde Lehendakaritza recalcan que el orden del día del encuentro, en el que participarán todos los grupos con representación parlamentaria y que incluso fue sugerido por los interpelados ante el interés de Fernández en verles, es el «desarrollo» del plan de paz y convivencia y no la reactivación de la ponencia, competencia en todo caso de los grupos. «Se trata de entablar de nuevo contactos discretos», apuntan en el entorno del lehendakari sobre la cita, filtrada a la prensa hace unos días, de «generar confianzas» y «repasar juntos» el grado de cumplimiento de las distintas iniciativas recogidas en el plan de paz.

«Sucedáneos»
Pese a los esfuerzos de Lehendakaritza por aplacar recelos, PSE y PP –que enviarán respectivamente a Rodolfo Ares y Carmelo Barrio a una cita concebida en principio como discreta, informal y de perfil bajo–, se temen que todo obedezca a una «operación» de la secretaría de Paz y Convivencia para «justificar» su labor. Un trabajo últimamente oscurecido por la ausencia de nuevos pasos de ETA y de una izquierda abertzale que sí ha urgido el desarme de la banda y ha participado, por ejemplo, en el homenaje a Enrique Casas, pero que no acaba de hilvanar una reflexión autocrítica sobre la justificación del terrorismo. «La ponencia no puede servir para lavar la cara a nadie ni diluir sus responsabilidades», insisten en el PSE, que, igual que el PP, sospecha que el Gobierno puede pretender que la reunión de mañana sea la primera de una comisión de seguimiento del plan de paz que acabe por funcionar, en la práctica, como «espejo» o «sucedáneo» de la fallida ponencia.