EL MUNDO 24/03/16
· Sánchez e Iglesias retoman el diálogo con un encuentro que deja atrás las condiciones
Tras cuatro semanas perdidas, el PSOE y Podemos levantan sus condiciones y desbloquearán las negociaciones sobre la investidura con un encuentro entre sus líderes después de la Semana Santa. Concretamente, el miércoles 30 de marzo. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias aplazaron siete días más la reanudación del diálogo, pero al menos lograron establecer una fecha para verse, lo que a tenor de la parálisis actual supone un avance, tímido eso sí, tras unos extraños últimos días en los que ni siquiera fueron capaces de cuadrar las agendas para tener la reunión antes de las vacaciones.
Así que, al final, ambos tuvieron que echar ayer mano del móvil para descongelar la relación con una charla de alrededor de 30 minutos y de tono «cordial», en la que lo más destacado fue fijar la fecha para comenzar a hablar de una manera más concreta que hasta ahora.
Los dos secretarios generales mantienen discrepancias sobre cómo tendrían que colaborar de aquí en adelante. Sánchez apuesta por sumar a Podemos al pacto con Ciudadanos –está «vigente y abierto a otros partidos», dice–, mientras que Iglesias considera que la «mejor inspiración» es cerrar un acuerdo «a la valenciana», esto es, una coalición de las fuerzas de izquierdas al margen del partido de Albert Rivera. Este importante desencuentro sigue alejando una solución pero ahora al menos los dos partidos han cambiado de actitud y se han levantado las condiciones para sentarse de nuevo para intentarlo.
«Hay respeto mutuo por las visiones respectivas y en ningún caso impiden el diálogo, y nuestra voluntad firme de evitar nuevas elecciones y conseguir un gobierno de cambio y estable», destacaron ayer en un comunicado conjunto.
Desde que una semana antes del debate de investidura se rompieran las negociaciones, los contactos entre las dos fuerzas políticas han sido esporádicos y reducidos a cuestiones técnicas, pero nada de contenidos concretos sobre un programa en busca de un acercamiento. Es más, desde aquellos días, PSOE y Podemos sólo se han puesto más trabas para reunirse, con nuevas exigencias que hicieron patente el distanciamiento.
Por un lado, los socialistas planteaban acudir a las reuniones acompañados siempre de Ciudadanos mientras que, por el otro lado, Podemos vetaba esa posibilidad insistiendo en que Sánchez tenía que elegir entre uno u otro. Eso llevó, por ejemplo, a fracasar el intento de Iglesias de reactivar unilateralmente la mesa de la izquierda, que tuvo que ser suspendida por el rechazo a participar por parte del PSOE –porque C’s era excluido– e IU –por no estar el PSOE y las formas de convocarla–.
Ahora los dos reculan en diferentes aspectos, pero eso no significa que se hayan reducido los márgenes que les separan. Habrá que ver si del cara a cara sale un compromiso firme para que los equipos negociadores vuelvan a la misma sala. Algo que no ocurre desde que, tras conocerse las condiciones del pacto PSOE-Ciudadanos, Podemos diera un portazo y se levantara de la mesa. A diferencia de entonces, ahora el reloj corre y presiona con una convocatoria electoral que, en el momento de debilidad interna de Podemos, empieza a incomodar más.