Tonia Etxarri-El Correo
A la fuerza, ahorcan. El partido que lidera Pedro Sánchez se abre, ahora, a negociar con el PP las enmiendas técnicas a su reforma de la ley de ‘sólo sí es sí’ porque sólo con el apoyo de Feijóo se asegura que la nueva norma saldrá adelante. Podemos, ERC y Bildu están en el otro lado del escenario. Se ha enrarecido tanto el clima electoral con los «efectos indeseados» de esa ley que el presidente del Gobierno, que ha visto que la táctica de insultar a los jueces por «poco formados» y por «machistas» no funcionaba, ha dejado esa bandera a sus socios de Podemos y se ha visto en la necesidad de pedir perdón a las víctimas, «si hay que pedir perdón», en su entrevista en EL CORREO. Luego, cada cual vende el producto a su manera. Han llegado a decir, desde la ejecutiva federal, que los socialistas están dispuestos a tender la mano a los populares para corregir los errores de la norma de Irene Montero. ¿Quién tiende la mano a quién? ¿Quién necesita sacar su ley reformada? Independientemente de lo que están tardando ya en corregir la polémica norma que ha favorecido una rebaja de penas a casi un millar de agresores sexuales, vamos a ver que el partido de Feijóo le va a sacar al PSOE del atolladero.
El empujón que PSOE y PP están dando a su despliegue electoral cuando aún no ha empezado oficialmente la campaña pone de manifiesto sus apuestas al límite, porque son conscientes de que los resultados del 28 de mayo van a suponer una primera vuelta de los posteriores comicios generales, además de lo que significará el reparto del control de los resortes del poder en municipios y algunas autonomías. Los dos grandes partidos se la juegan. A la izquierda de Sánchez, el Sumar de Yolanda Díaz empieza a arrollar al Podemos de Iglesias en los primeros sondeos. A la derecha de Feijóo, Vox queriendo atar en corto al PP, olvidándose a veces de quiénes son sus adversarios. Pero Sánchez no se distrae. Sigue con sus mensajes adanistas. Después que él, él mismo. Antes que él, la nada. Apartando a sus socios de Podemos, deja el minuto de oro para ERC y Bildu mientras él presume de la ley de vivienda para decir que «es la primera vez» que se establece el derecho a la vivienda. ¿Seguro? Se trata de un derecho tan básico que se contempla, desde hace 44 años, en nuestra Constitución. Artículo 47. No tienen más que leérselo antes de colgarse las medallas. Otra cosa es que ese derecho lo hayan plasmado en una ley intervencionista que, según la oposición, vulnera los derechos esenciales de los propietarios.
Son maniobras electorales. Las de Feijóo discurren por la senda tranquila. Hasta el punto de impacientar a buena parte de los suyos, que creen que tendría que entrar con Sánchez en el cuerpo a cuerpo. Ayer hizo parada en Navarra al finalizar su gira por tierra vasca. Una zona difícil para el PP desde que Bildu está recogiendo los efectos del miedo que no hace muchos años sembró ETA y donde el PNV se lleva para los batzokis los votos útiles del centroderecha. Si finalmente Feijóo apoya la reforma del PSOE, será una lección para los sectarios a quienes sólo les importa el con quién en vez del qué de la política. Aunque muchos piensan que se queda corto en el enfoque al exigir a Sánchez que destituya a las ministras responsables de la ley, si quiere pedir perdón. ¿No le tendría que pedir a Sánchez que se cesara a sí mismo? Al fin y al cabo, se trata de una ley que se aprobó en un Consejo de Ministros que él mismo presidió. A veces se nos olvida la memoria reciente.