Puentes peligrosos

JOSÉ MARÍA CARRASCAL – ABC – 20/01/16

· ¿Se puede llamar progresistas a quienes tienen estrechas relaciones con el gobierno de los ayatolás y con el chavismo venezolano?

¿ Cruzaría usted un puente diseñado por don Pedro Sánchez? Yo me andaría con mucho cuidado, empezando porque se proclama «arquitecto para tender puentes y concitar grandes proyectos». Los arquitectos no tienden puentes, sr. Sánchez. Los tienden los ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, y a usted lo que se le da es volarlos, como ha demostrado de sobra, incluso dentro de su propio partido, donde hay gentes que no entienden lo que hace. Dice también que quiere formar una coalición de gobierno «progresista».

¿Se puede llamar progresistas a quienes tienen estrechas relaciones con el gobierno de los ayatolás iraníes y con el chavismo venezolano y su programa parece calcado del marxismo-leninismo una vez que hemos visto en qué devino la Unión Soviética? Por último, el sr. Sánchez dice que no admite que Rajoy «le dé lecciones de patriotismo». A lo mejor las busca en los nacionalistas catalanes a quienes acaba de prestar senadores para que puedan defender mejor sus propuestas independentistas en la Cámara Alta. Si eso es hacer patriotismo, ya podemos despedirnos de la patria española, que, bajo su «gobierno progresista», iba a quedar, en el mejor de los casos, mutilada, y en el peor, desaparecida. El patriotismo no se ejerce hablando delante de una inmensa bandera nacional, sino defendiendo con hechos la nación de aquellos quienes quieren cuartearla, no haciéndoles favores.

La verdad, se hace difícil entender a este hombre. O está desesperado o empieza a no regir. Porque incluso si alcanzase su propósito de liderar un «gobierno progresista», le espera un auténtico suplicio. Primero, porque Podemos no quiere que triunfe al frente del mismo. Bien al contrario, su objetivo es aniquilar al PSOE para convertirse en el rival del PP en la disputa por el gobierno de la nación.

Luego, porque los nacionalistas le exigirán, a cambio de su respaldo, el apoyo para lograr su objetivo, que no es un federalismo más o menos asimétrico, sino la independencia. Añadan a todo eso la parte del PSOE que se siente plenamente española y no acepta el troceo del país, y tendrán la casa de tócame Roque o como te llames. Por no hablar de cómo va a mantenerse la recuperación económica si se deroga la reforma laboral y se ponen en marcha los programas «sociales» que tal gobierno tiene en cartera. O de cómo colaborar con la Unión Europea del brazo de un socio anticapitalista, antilibremercado y anti Bruselas.

Para resumir: a no ser que le baste el gustazo de cargarse a Rajoy y al PP, Pedro Sánchez es hoy un personaje trágico-cómico en busca de su realización personal que, de alcanzarla, le llevaría, no a la gloria, sino a «hacer de Zapatero un Churchill, a su lado», como ha dicho Pérez Reverte. Lo peor de todo es que su tragedia es la de España, algo nada cómico desde cualquier punto que se mire.

Aunque puede que los españoles necesitemos pasar por ese purgatorio para darnos cuenta de la realidad del mundo y de nosotros mismos.

JOSÉ MARÍA CARRASCAL – ABC – 20/01/16