Pugna sin complejos

EL CORREO 05/04/15
ALBERTO AYALA

· El PNV lo tiene claro: lo suyo no es la vía soberanista catalana, por más que presione EH Bildu, sino buscar aliados para gobernar

Domingo de Resurreción. Día de la Patria Vasca para el mundo abertzale. Y celebración, un año más, marcada por la división nacionalista y, si se repite lo vivido en los últimos años, por una participación numéricamente importante, pero discreta.

Euskadi fue la última de las tres comunidades históricas del Estado español en las que el nacionalismo alumbró una jornada de corte reivindicativo. Los catalanes se manifestaron por primera vez ante el monumento a Rafael Casanovas un Once de Septiembre de 1901. Galicia celebra su Día de la Patria desde 1919. El PNV no creó el Aberri Eguna hasta 1932.

A diferencia del Once de Septiembre, el Día de la Patria Vasca raramente ha sido una jornada de unidad. Ni siquiera de las fuerzas nacionalistas. La mayor pluralidad llegó en la Transición y la derecha de implantación estatal jamás se adhirió a la convocatoria.

Desunión histórica
Con estos antecedentes y en puertas de dos citas con las urnas –las elecciones municipales y forales del 24 de mayo y las generales de finales de noviembre o comienzos de diciembre– no resulta extraño que el de hoy no vaya a ser un Aberri Eguna de unidad abertzale. El PNV llevará a cabo un pequeño acto político en Bilbao, muchísimo menos ambicioso que el Día del Partido, el Alderdi, que cada año tiene lugar en septiembre cerca de Vitoria. Y la izquierda abertzale marchará de nuevo por las calles de Pamplona tras la pancarta de la red Independentistak.

Si tras la decisión de ETA de abandonar definitivamente las armas, los jeltzales mostraron algunos complejos en la toma de decisiones hacia la izquierda abertzale, hoy no queda ni rastro de ellos. Hace tiempo que es patente, pero la semana ha sido particularmente elocuente en tal sentido.

Apenas transcurridos ocho días de la celebración de los comicios al Parlamento de Andalucía, saldados con una clara victoria de la socialista Susana Díaz, los máximos exponentes del soberanismo catalán (los partidos CDC y ERC, y los movimientos ciudadanos ANC y Omnium) rescataban su alicaído desafío al Estado. Nueva hoja de ruta hacia la independencia para reagrupar huestes con la mirada puesta en los comicios locales del 24 de mayo.

Y es que los importantes cambios que se han producido en los últimos tiempos en el mapa partidario español y el lógico cansancio de dos años y medio de pulsión secesionista continuada no auguran nada bueno ni a convergentes ni a republicanos de cara a mayo, según varias encuestas. Reabrir el choque con el Estado, entienden, puede ser una buena tabla de salvación para recolectar más votos.

El PNV ha respetado desde el primer momento la estrategia del independentismo catalán, rápidamente abrazada con fruición por la izquierda abertzale, pero en ningún momento la ha hecho suya. El amargo recuerdo de la forma en que se saldó el experimento Ibarretxe –la pérdida de Ajuria Enea– difícilmente se le va a ir de la cabeza al grupo de burukides que hoy lleva el timón jeltzale con mano firme. Lo suyo es la negociación con Madrid de un nuevo estatus. Muy compleja si sigue Rajoy, con o sin Ciudadanos; algo menos, confían, con el PSOE.

Al comienzo, hace dos años, los desmarques llegaban en voz baja. Ahora, esta misma semana, de forma pública, por duplicado, sin complejos. El primero en hacerlo fue el lehendakari Urkullu; el jueves, el propio EBB, en su manifiesto de Aberri Eguna. «Caer en la tentación del todo o nada no es una pretensión seria ni inteligente; renunciar al suelo edificado no va ni con nuestro trabajo ni con nuestra acción política», deja meridianamente claro el documento.

Los jeltzales son plenamente conscientes de que en los 48 días que restan hasta la cita electoral del 24-M, la izquierda abertzale difícilmente renunciará a usar contra ellos dos líneas de ataque. La primera, los presuntos escándalos de corrupción que investiga la Justicia y en los que se hallan implicados peneuvistas de pedigrí. La segunda, su negativa a lanzarse junto a ellos por el tobogán del desafío al Estado camino de la independencia, como los catalanes.

El aliado Podemos
Sea por principios, porque los sondeos de intención de voto les son favorables y no tanto a EH Bildu, o, lo que parece más probable, por ambas circunstancias, lo cierto es que los dos máximos exponentes del mundo abertzale van a protagonizar una pugna sin complejos hasta el 24-M. Objetivo para la izquierda abertzale, salvar los muebles en su feudo guipuzcoano con o, lo que parece más probable, sin San Sebastián. Para los peneuvistas, dejar de ser un partido de gobierno sólo en sus feudos de Bizkaia y Bilbao, y tocar sillón en GipuzkoaSan Sebastián y en Álava-Vitoria.

Para ello su prioridad, y así lo reconocen en el documento de Aberri Eguna, es garantizarse un cuadro de alianzas sólido. Ello supone pactar con el PSE y puede que con una tercera formación.

El president Artur Mas declaraba esta semana a un medio norteamericano que la irrupción de Podemos representa un obstáculo añadido para el movimiento independentista catalán. O si lo prefieren, que puede ser el mejor aliado de PP y PSOE para derrotar las tesis secesionistas. Pues bien, sospecho que el PNV piensa que aquí en Euskadi puede ser bien distinto: que los de Pablo Iglesias les ayuden en sus objetivos. Primero porque arrebaten votos a EH Bildu y luego porque renuncien a entrar en pactos postelectorales para apoyar a otros.