CARLOS SEGOVIA – EL MUNDO – 23/07/17
· La Generalitat tiene tan garantizado el maná estatal que ha llegado a pagar una deuda vencida que tenía con el Estado con un nuevo FLA del mismo importe.
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, le echó ayer impresionante rostro al presentar de nuevo al Estado como un expoliador y reclamar que se devuelva a los catalanes incluso lo aportado ¡por la banca! Obvió con demagogia que el mayor desastre del rescate bancario es Catalunya Caixa con más 12.000 millones irreversiblemente perdidos. Es proporcionalmente más que lo que se llegue a perder en Bankia.
También sabe Puigdemont que ya quisiera el cliente de un banco que su entidad le tratara con la generosidad del Gobierno central cuando impaga su deuda. No hay más que ver la llamada Declaración de la Cuenta General del Estado del Tribunal de Cuentas remitida este mes al Congreso de los Diputados sobre el año 2015 y que resalta cómo soluciona el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, los impagos de deuda de la Generalitat con las arcas estatales. En ese año, tocaba ya empezar a devolver dinero prestado dos años antes a través del fondo estatal FLA y, a la primera, primer fiasco. «Se han producido impagos de la primera cuota de amortización de las operaciones de préstamo adheridas al FLA 2013, por parte de dos comunidades autónomas, por un importe conjunto de 1.741,7 millones de euros». El Tribunal de Cuentas no desvela los nombres pero se trata de Cataluña con 1.351 millones y la Comunidad Valenciana, con 390 millones.
Inicialmente, el Gobierno central se puso duro. «Se notificó a ambas comunidades que la cuotas no satisfechas, incluyendo los intereses de demora, se podrían retener de los recursos del sistema de financiación». Se iban a enterar Puigdemont y, en menor medida, el valenciano Ximo Puig. O pagaban, o se les cortaba el grifo no ya de nuevos préstamos, sino de las propias transferencias del Estado habituales. Tendrían que hacer un ajuste adicional para pagar.
Sin embargo, la cosa se arregló. «En marzo de 2016 se regularizaron dichos vencimientos con cargo a los recursos del Fondo del ejercicio 2016, quedando en el mes de abril regularizados los importes correspondientes a los intereses de demora generados». En otras palabras, si no puedes pagar, te presto más para que me pagues eso e incluso los intereses de demora. Tú tranquilo, ya me lo pagarás, si es que me lo pagas.
El FLA empieza a ser más subvención que préstamo y lo será aún más, si se acepta una quita dentro de un acuerdo a cambio de renunciar a la secesión. Cataluña se ha consagrado como la principal beneficiaria del fondo de rescate FLA y es la primera que supera ya el listón de deuda de 50.000 millones por este instrumento, muy por encima de la siguiente, la Comunidad Valenciana, con 34.000 millones. La economía catalana se encuentra en bono basura en todas las agencias internacionales de calificación. Con peor solvencia que Honduras en Standard&Poor’s y por debajo de Bangladesh en Moody’s.
La decisión del Gobierno de endurecer ahora los controles puede ser eficaz para asustar a interventores y funcionarios y que se sacudan la presión de sus jefes independentistas, pero la Generalitat tiene razón en que Rajoy no se atreverá a suspender la financiación de forma drástica. No puede hacerlo, porque no sólo debe al Estado. La Generalitat adeuda también 25.000 millones a bancos e inversores y, como sostiene con razón el brazo derecho de Oriol Junqueras, el secretario de Economía, Pere Aragonés, «las reputaciones están absolutamente cruzadas y la lectura que harían los mercados financieros es que el Estado ha dejado de ejercer su responsabilidad». Un impago de Cataluña es un impago de España. Los mercados volverían a hacer tambalear a Rajoy y a la economía nacional.
Lo que no puede ser la falta de exigencia. No sólo el Gobierno ha concedido el FLA hasta ahora sin exigir respeto a, por ejemplo, la unidad de mercado, sino algo peor. Según el escrito de la Abogacía del Estado remitido al Tribunal de Cuentas, la consulta del 9-N puede haber sido financiada «con fondos estatales» en tremenda burla al FLA. No se puede dejar sin financiación los servicios públicos de Cataluña, pero sí ser más exigente en evitar que el que pide rescate se ría del acreedor.
CARLOS SEGOVIA – EL MUNDO – 23/07/17