Carles Puigdemont se puso ayer al frente de la presión del Govern a la CUP para que los anticapitalistas acaben votando a favor de los Presupuestos de la Generalitat de 2017. El presidente catalán fue tajante: si las cuentas no se aprueban, se acabará la legislatura y el referéndum de independencia que ha prometido para septiembre no se celebrará.
La CUP ha alertado en los últimos días de que las negociaciones por los Presupuestos con Junts pel Sí no van por el mejor camino. Los antisistema advirtieron ayer que darán apoyo a las huelgas de profesores previstas para la semana que viene, y exigen que las cuentas incluyan un incremento de 150 millones de euros en el gasto previsto en Educación.
Pero Puigdemont no se arredró ayer, y avisó de que un nuevo no a los Presupuestos –la CUP ya tumbó los de 2016– supondría el fin del proceso soberanista. «Sería impensable que un Govern que pierde los Presupuestos continúe gobernando como si nada», dijo en Catalunya Ràdio.
El president dijo que, «por coherencia y dignidad democrática», daría por terminada la legislatura, a la que «técnicamente» le quedan tres años por delante. En cualquier caso, Puigdemont quiso mostrarse optimista, y recordó que en esta ocasión la CUP, único apoyo parlamentario de Junts pel Sí, ha permitido la tramitación de las cuentas. Los militantes de la formación antisistema decidirán el 28 de enero si la aprueban.
Puigdemont se abrió a estudiar las propuestas que formula la CUP para las cuentas en forma de enmiendas, como los 150 millones extras para Educación, pero les advirtió que no pueden aspirar a que se acepten «el 100%» de sus postulados.
La CUP ha dejado claro en los últimos días que rechaza esa vinculación entre Presupuestos y procés, y ha recordado que el referéndum podría convocarse también con las cuentas prorrogadas. Ayer, diputados de la formación pidieron al presidente de la Generalitat que «se remangue y se implique» en la aprobación de las cuentas. Además, alertaron de que el Govern, por ahora, «no ha cedido en nada».
En vez de responder al ultimátum de Puigdemont, la diputada de la CUP Anna Gabriel instó ayer al Govern a «pasar de las palabras a los hechos» y poner fecha a un referéndum sobre la independencia.
Tras afirmar que la «demanda de un referéndum pactado sobra», porque el Gobierno central nunca la aceptará, Gabriel llamó a Junts pel Sí a la unilateralidad, y a «activar desde hoy mismo la preparación de un referéndum con efectos, vinculante, que garantice la participación de todos y haga efectivo los resultados».